Efesios 4:31-32
“Abandonen toda
amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia. Más bien,
sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como
Dios los perdonó a ustedes en Cristo”.
El perdón debe
ser la base de nuestra relación con nuestro prójimo, debe ser nuestra marca, lo
que nos distingue como cristianos, el perdonarnos unos a otros tiene que estar
presente en cada momento de nuestra vida. Esto es señal de madurez. El Perdón
es un signo de la gracia de Dios en nuestras vidas y somos llamados a entregar
esa gracia a toda persona que nos ofende. ¿Es fácil?, ¡NO! pero unidos a
Cristo podemos pasar la prueba.
Empecemos hoy
mismo a conceder perdón y gocémonos sintiendo cómo Dios se glorifica en
nuestras vidas.
¡Gracia y Paz!
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