"Y todo vuestro ser, espíritu, alma y
cuerpo, sea guardado irreprensible…"
Dios desea sanar nuestro cuerpo, sanar nuestras emociones.
Quiere que nuestro cuerpo, alma y espíritu, sean una unidad íntegra. El pecado
viene para deteriorar y destruir esa integridad, no sólo en nosotros, sino
también en los seres a quienes amamos. La iniquidad puede causar enfermedades y
aflicciones en el espíritu, alma y cuerpo. Solamente Dios puede limpiar del
pecado estas tres partes de nuestra vida (Espíritu, Alma y Cuerpo).
¡Qué esperanza y fortaleza le da Jesús a nuestra apesadumbrada
alma cuando nos dice: "Tu fe te ha salvado, ve en paz" (Lucas 7:50;
8:48)!
De esta forma Dios quiere sanar nuestra existencia. El
Espíritu Santo quiere que cada parte de nuestra vida sea salva, pura y saludable.
Desea darnos vida y poder para que nuestro cuerpo, alma y espíritu funcione
perfectamente.
1 Corintios 6:19
“¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo
del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois
vuestros?”
¡Gracia y Paz!
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