Jeremías 29:11
“Porque yo sé muy bien los planes que tengo
para ustedes afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de
darles un futuro y una esperanza”
Esta escritura
nos dice que Dios nos conoce y tiene buenos planes para nosotros, que Él está
soberanamente dirigiendo nuestras vidas. Él nos recuerda que escucha
nuestras oraciones y nos invita a buscarlo y conocerlo. En tiempos de incertidumbre,
esta promesa es muy reconfortante. No podemos ver el futuro, pero este
versículo nos da la promesa de que Dios tiene un futuro y una esperanza para
cada uno de nosotros.
El plan
de Dios no es que las cosas nos salgan como nosotros pensamos que van a
ser. El plan de Dios siempre será lo mejor, aun a pesar de que no lo
entendamos en el momento. Sin embargo, debemos saber que, en todas las cosas,
Dios trabaja en conjunto para el bien de los que le aman (Romanos 8:28).
Sabemos que cuando Dios cierra una puerta, se abre otra. Sabemos que Dios está
obrando a través de cada acontecimiento en nuestras vidas para hacernos más y
más dependiente de Él para todo lo que necesitamos. Tenemos que darnos cuenta
de que el plan de Dios no es siempre el más fácil desde nuestro punto de vista,
pero siempre es lo mejor.
Dios ve
nuestro futuro antes de que se conviertan en nuestro ‘hoy’. Él ve el comienzo y
el final de nuestras vidas. Salmo 139:16 dice: “Tus ojos vieron mi embrión, y en tu libro se
escribieron todos los días que me fueron dados, cuando no existía ni uno solo
de ellos”.
Dios
sabe los planes que Él tiene para nosotros. El profeta Jeremías dice que Dios
tiene “planes
de bienestar y no de calamidad, a fin de darnos un futuro y una esperanza”. Para el pueblo judío, significaba
volver a la Tierra Prometida, para nosotros los cristianos significa estar con
Él por la eternidad.
Si tú eres
un creyente de Jesucristo, tú tienes una esperanza y un futuro que va mucho más
allá de los parámetros de esta vida. Tú tienes una esperanza y un futuro en el
que vivirás en la eternidad con Dios. Tú tienes la esperanza de “que el
que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo
Jesús”
(Filipenses 1:6). Todo esto significa que los que hemos aceptado a Jesús como nuestro
Salvador y lo hicimos el Señor de nuestras vidas ¡reinaremos con Cristo para
siempre! ¡Qué gran esperanza tenemos en las promesas de Dios!
¡Gracia y Paz!
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