Proverbios 4:4
“Y él me enseñaba, y me decía: Retenga tu
corazón mis razones, Guarda mis mandamientos, y vivirás”.
Una de las más grandes responsabilidades de los padres es
la de alentar a sus hijos a ser sabios. En este proverbio el rey Salomón dice
cómo su padre, David, lo alentó a buscar la sabiduría cuando era joven. Esto
quizás motivó a que Salomón pidiera a Dios sabiduría por encima de cualquier
otra cosa. La sabiduría puede transmitirse de padres a hijos, de generación en
generación. Finalmente, por supuesto, toda sabiduría procede de Dios. Los
padres solo pueden exhortar a sus hijos para que se vuelvan a Él. Si tus padres
nunca te lo enseñaron, la Palabra de Dios actúa como un padre amoroso y
compasivo para ti. Puedes aprender de las Escrituras y así crear un legado de
sabiduría a medida que enseñes a tus hijos.
¡Gracia y Paz!
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