Por: Pablo Lazare
La Biblia narra un episodio donde se produce una
discusión entre seguidores del Apóstol Pablo, los seguidores más fieles y
acérrimos y los de Apolos y Cefas (ver 1 Corintios 1:11-13). Pablo les aclara
que somos SEGUIDORES DE CRISTO y de nadie más, y esto incluye a Calvino, Lutero
o los maestros de la palabra más modernos como John Mac Arthur.
Somos cristianos, los motes (sobrenombres) de "protestantes"
"evangélicos" "bautistas" o lo que sea, los pone la gente
para diferenciarse principalmente de las corrientes mayoritarias como el
catolicismo. Y a estos últimos les aclaro, que nadie dice "háganse
protestantes", más bien se les dice "HÁGANSE CRISTIANOS", porque
en esa secta nefasta siguen a cualquiera ídolo, menos a Cristo (y eso incluye a
santos, ángeles y virgencitas de todos los colores y para todos los gustos).
Dejen las estatuas de yeso, las estampitas y toda su
idolatría y conviértanse al ÚNICO Y VERDADERO SALVADOR: JESÚS, quien nos da
vida y vida en abundancia.
Si seguimos los pasos de Cristo, dejando atrás viejas
tradiciones de hombres, nos espera la vida eterna. Él lo prometió. Amen.
“Gracia y Paz”
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