1 Samuel 2:9
“El guarda los pies de sus santos, Mas los
impíos perecen en tinieblas; Porque nadie será fuerte por su fuerza”.
Si caminamos en la Palabra de Dios, Él guarda nuestros
pies de caer, y nos previene de no perder nuestra salvación. Él guarda los pies
de sus santos.
Para los que no lo conocen, o no tienen temor de Él, es totalmente
diferente. Caminan un sendero oscuro con muchos hoyos cubiertos y no tienen
guía ni luz, pero “Por Yahweh son ordenados los pasos del hombre” (Salmo
37:23).
El versículo de hoy es la oración de Ana cuando nació
Samuel. No tenía hijo y con mucha angustia pidió a Dios que le concediera uno.
En esta oración de gratitud, ella alaba la soberanía de Dios. Es Él que decide
el resultado de la batalla. Es Él que reina en los asuntos de los hombres; es
Él que da fuerzas al débil, y humilla al orgulloso. Muchos creen que este mundo
se mueve y se gobierna por la casualidad, pero pronto se darán cuenta de que Dios,
el creador de todo lo visible e invisible, está en el trono, y pronto pondrá
fin a toda injusticia.
Jesús es el Rey de Reyes y Señor de Señores. El Señor dice
que a pesar de la rebelión y el ateísmo en la tierra, “Yo empero he puesto mi
rey sobre Sión, monte de mi santidad” (Salmo 2:6). Clamemos a Él, ¡Aún es
tiempo!
“Gracia y Paz”
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