El hombre que ha nacido de nuevo ama a su PRÓJIMO, pero
tiene un amor especial por los demás cristianos. Al igual que su Padre Celestial,
tiene un gran amor por los que comparten su fe en Cristo. Al igual que su Señor
y Salvador, ama a los peores pecadores y puede llorar por ellos, pero tiene un
amor particular por los que son creyentes. Nunca se siente tan a gusto y en
confianza como cuando está con ellos.
Siente que todos son miembros de la misma familia. Son
sus compañeros soldados, luchando contra el mismo enemigo. Son sus compañeros
de viaje, viajando por el mismo camino.
Los comprende, y ellos lo comprenden a él.
Pueden ser muy distintos a él de muchas maneras --en
rango, en posición y en riquezas. Pero eso no importa, son los hijos e hijas de
su Padre y no puede menos que amarlos. ¿Qué diría nuestro Amado Dios de ti? ¿Has
nacido de nuevo?
¡Gracia y Paz!
Editado por Carlos Martínez M
Oscar Tapia
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