Todos tenemos talentos y habilidades que podemos utilizar
para la gloria de Dios. En Mateo 25:14-28 dice que a tres siervos les fueron dados
talentos: a uno cinco talentos, a otro dos y a otro un talento. En aquellos
días los talentos equivalían a dinero.
Esta parábola dice que los dos primeros hombres usaron
sus talentos y los duplicaron. Pero el tercero, sin embargo lo enterró en la
tierra y por eso su amo se disgusto. Fue llamado “malo” y “perezoso”. ¿Qué
lección nos deja esta historia? Dios nos ha dado a cada quien diferentes
talentos, y lo hizo para que los pongamos por obra. No para que los enterremos
en la tierra como lo hizo el tercer siervo.
Podemos ver también la historia de David, el era un joven
pastor de ovejas. Nadie se imagino lo importante que llegaría a ser en aquella
época. David tenía dos talentos: sabía tocar el arpa y utilizaba muy bien su
honda, habilidades que había desarrollado como pastor, peleando con osos y
leones.
1 Samuel 16:17-18.
“Y Saúl respondió a sus criados: Buscadme, pues, ahora
alguno que toque bien, y traédmelo. Entonces uno de los criados respondió
diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es
valiente y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y
Jehová está con él”.
David, un humilde pastor, sin expectativas importantes,
pero con dos sencillos talentos que mejoró cada día, lo llevaron a ser ungido
por el Señor para posteriormente ser el Rey de Israel.
Así como estos ejemplos hay otros en la Biblia. Lo
importante es saber que Dios nos ha dado talentos especiales a TODOS.
Absolutamente TODOS tenemos talentos de Dios, lo verdaderamente triste es que
la gran mayoría esperamos que esos talentos sean: tocar un instrumento musical,
tener buena voz para cantar, predicar con poder, sanar enfermos y levantar
muertos. Si concretamente no tienes estos talentos, eso no significa que Dios
se haya equivocado contigo y que no te haya dado ningún talento.
Recuerda, Dios es soberano y él puede usarte como menos
te lo imagines. Dios actúa en cada uno de nosotros de manera muy particular, es
por esta razón que te animo a que desarrolles los talentos que Dios te ha dado,
sean cualesquiera que sean; posiblemente sea “tocar el arpa”, pues entonces
practica y practica porque quizás ese talento te lleve al reino; posiblemente
sea “la honda”, pues entonces practica y practica porque quizás algún día
tendrás un “gigante” que destruir y ese talento será utilizado por Dios en ese
momento. Probablemente te cueste mucho trabajo saber cómo utilizar tus
talentos, pero toma en cuenta que Dios tiene múltiples maneras de actuar y
nosotros los seres humanos no tenemos la capacidad de comprender el potencial
que Dios tiene para nosotros.
David jamás se imagino que saber tocar el arpa, tan bien
como lo hacía, lo llevaría al palacio a tocarle a Saúl; igualmente nunca le
paso por la mente que un día su habilidad con la honda lo ayudaría a derrotar
al gigante. Así es Dios, él utiliza nuestros talentos para llevarnos a lugares
insospechados.
Probablemente te hagas esta pregunta: ¿Cuales son mis
talentos? Pues yo te digo que cualquier cosa que te guste hacer, piensa en que
eso es lo que lo puedes utilizar para honrar a Dios. Puede ser que te guste el
arte, o escribir poemas, etc. etc. Lo que sea, si pones por obra ese talento y
le das al Señor un poco de lo que tienes, el Señor te va dar más (Mateo 25:21).
Si en ti no vez el talento que deseas, no te desesperes pues Dios te puede usar
de manera inimaginable. Así es nuestro Dios, creativo y misericordioso.
Deja que el Señor te use. Hoy en día las iglesias están
muy necesitadas de personas con creatividad. Desarrollar nuestros talentos en
la iglesia no necesariamente es tocar música, cantar, saber predicar, etc.
Nuestra misión como cristianos es llevar el evangelio de Nuestro Señor
Jesucristo hasta lo último de la tierra. Y eso lo podemos hacer utilizando los
talentos que tenemos. Expresa el amor de Dios por medio de tu creatividad, usa tus
manos, tus píes. Usa los talentos que Dios te dio porque algún día Él te pedirá
cuentas, y te va a preguntar ¿Que has hecho con lo que te di? ¿Y tú, que le vas
a responder?
¡Gracia y Paz!
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