DIOS HACE LO BUENO… ¿Y NOSOTROS, QUÉ HACEMOS?
La Bendita Palabra de Dios dice que Dios creó los cielos
y la tierra y todo lo que en ellos hay. También nos dice que Él es bueno y que todo lo que hace
es bueno. Y que a los seres humanos nos dio la libertad de hacer nuestra
voluntad, aunque fuera diferente a la de Él.
Al escudriñar la Palabra de Dios encontramos que todo
cuanto existe es por su Gracia y Misericordia. Que los planetas y las estrellas
en el espacio, y las aguas en el mar se sostienen por el mismo poder de Dios. Y
que sus misericordias son nuevas cada mañana.
Si Dios es bueno…
Si todo lo que hace es bueno…
Y es todopoderoso y misericordioso, entonces…
¿Por qué hay catástrofes?…
¿Por qué hay guerras?…
¿Por qué existe el mal?
Y lo peor de todo: ¡¡¿¿Por qué Dios no hace nada al
respecto??!!
Porque Dios, después de crear todo para bien, le dio al
hombre la autoridad sobre la Tierra, para que ejerciera gobierno sobre ella (Génesis
1:28). Pero el hombre desobedeció a Dios y se dejo gobernar por el mal, por eso
el hombre tiene esa disposición innata para hacer el mal.
Recordemos que Dios nos ha dado libertad, y con esta
libertad los seres humanos hemos decidido, la mayoría de las veces, hacer las
cosas mal, de alguna u otra manera, en algún momento de nuestras vidas… hemos dañado al planeta, hemos odiado, hemos querido el poder, hemos dominado, sin importarnos el precio a
pagar. Somos los únicos seres vivos que nos matamos por “placer” y no por
supervivencia. Hemos estado destruyendo el único lugar que tenemos para vivir, el
planeta Tierra, en “pos del progreso”, de la comodidad y del placer.
La inteligencia (el conocimiento), y la maldad (falta de
sabiduría), son una muy mala combinación, pero una excelente fórmula para destruir el mundo y, por ende, destruirnos a nosotros mismos.
Si no hacemos consciencia de ello, pero una verdadera
consciencia y no un simple remordimiento, y hacemos algo al respecto (TODOS Y
CADA UNO DE NOSOTROS), no tendremos nada bueno que heredarle a nuestras
siguientes generaciones: ¡NUESTROS HIJOS, NIETOS Y BISNIETOS!
El problema no se resuelve con buenas intenciones… muchos
corazones están llenos de buenas intenciones. Debemos comenzar a hacer algo,
empezando por nuestro hogar, con nuestra familia, en nuestra comunidad, en nuestro
entorno social, dondequiera que andemos, predicar con el ejemplo.
Si cada uno de nosotros comenzamos a cambiar en nuestra
manera de pensar, nuestras acciones cambiarán y nuestro entorno cambiará; y con
esto habremos aportado un granito de arena para vivir mejor en el mundo.
Y tú, amado Amigo(a), Hermano(a):
¿Qué vas a hacer de hoy en adelante para cambiar favorablemente la vida
en nuestra casa terrenal? (El planeta donde vivimos). O piensas justificarte diciendo:
“Yo soy buena persona y yo no le hago mal a nadie”. medita muy bien en lo que puedes aportar y recuerda que tenemos un Dios de orden
(1 Corintios 14:40).
La Palabra de Dios dice: “A aquél, pues, que sabe hacer lo
bueno y no lo hace, le es pecado” (Santiago 4:17). También dice que si alguien
hace algo malo y no se lo hacemos saber para que cambie, es a nosotros a quién
Dios le pedirá cuentas.
¡Gracia y Paz!
Editado por Carlos Martínez M
Kcshekinná
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