Salmos 143:7-8
“Respóndeme pronto, oh Yahveh,
porque desmaya mi espíritu; no escondas de mí tu rostro, no venga yo a ser
semejante a los que descienden a la sepultura. Hazme oír por la mañana tu
misericordia, porque en ti he confiado; hazme saber el camino por donde ande,
porque a ti he elevado mi alma”
Abre tus manos para recibir lo
que Dios decide poner en ellas. Con serenidad podemos orar para que Dios ponga
en nosotros sus dulces propósitos, en tiempos difíciles. Que frente a problemas
agobiantes, no pensemos que nuestra resistencia ha llegado a su fin, sino que
cultive en nosotros el don de resistencia, sabiendo que su poder sanador hará
su obra en nuestras vidas.
Cuando mi voz clame a Yahveh,
sé que Él me responderá desde su monte santo, y cuando me duerma, despertaré
tranquilo porque mi Señor me sustentará.
Los creyentes que con fervor
invocamos a Dios constantemente confiamos en su fidelidad y protección,
teniendo la seguridad que Él nos oye, en su piadosa misericordia.
¡Gracia y Paz!
Pan de Vida