“La palabra de Cristo more en
abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda
sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e
himnos y cánticos espirituales” (Colosenses
3:16).
Nuestras rutinas diarias marcan nuestro estilo de vida. En lo que perseveramos, tendremos mayor práctica y éxito. Constantemente debemos leer y estudiar la palabra de Jesucristo. Sano es meditar en ella y acompañarla de oración con agradecimientos hasta que more con toda su riqueza en nuestro corazón.
Cuando el creyente pueda testificar de eso, sus pensamientos, palabras, acciones y motivaciones estarán bajo la influencia y el control de Cristo. Dirá con plena facilidad “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti”.
Navegar por los salmos y enseñar la Palabra, debiera ser una de nuestras rutinas permanentes, porque será de crecimiento espiritual para aquel que se congrega y lleve una vida en obediencia a Cristo. "Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pueden pedir lo que quieran, ¡y les será concedido!" (Juan 15:7 NTV).
¡Gracia y Paz!
Pan de Vida