“Sed sobrios, y velad; porque
vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a
quien devorar” (1 Pedro 5:8).
Debemos estar alertas, porque
son muchas las estratagemas que el enemigo de nuestras almas usa para
destruirnos. Debemos mantenernos sobrios y velar, porque la salvación o
condenación eterna, están en juego. No podemos permitirnos entrar en tregua. No
existe tregua alguna. Es una guerra en la que no se toman rehenes. O estamos
del lado del Reino de la Luz o no.
Se cuenta que en las heladas
regiones de la América del Norte, en los tiempos cuando los cazadores
indios se desplazaban buscando alimento y mejores refugios, un nativo americano
ideó una manera muy curiosa para atrapar conejos.
Siendo conocido un tiempo
después por un colono, éste procedió a hacer un caminito por la nieve y
realizar con ramas de abeto una trampa. Al verlo un amigo que no atinaba a
descifrar qué estaba haciendo, se le acercó y preguntó:
—¿Qué estás haciendo?
—preguntó el amigo.
—Una trampa para conejos
—respondió el colono.
—Pero, ¿dónde está la trampa?
—¡Ah! —respondió el colono
sonriente. —La trampa no la pondré sino hasta dentro de dos semanas. Primero,
arreglo el caminito de modo que los conejos se acostumbren a él. Por ejemplo,
hoy por la noche vendrán y tendrán temor de pasar por el caminito; pero mañana
se acercarán más, y poco tiempo después uno de ellos lo cruzará, después
caminará por él. Pocas noches después se familiarizarán con el camino y lo
usarán frecuentemente sin ningún temor. Entonces pondré la trampa en medio,
entre las ramas … después comeré conejo todos los días.
—Ya veo —contestó el amigo
pasajero—, estas usando la misma táctica que Satanás usa con los cristianos:
Primero los atrae a algo que da la impresión de que “no es malo ni bueno”, y
cuando adquieren confianza él los atrapa y destruye.
“Gracia y Paz”