Si te interesan los temas de salud, te proponemos esta pagina:

lunes, 8 de agosto de 2016

Santiago 4:8


DEJA EL TEMOR Y PONTE A CUENTAS CON EL SEÑOR

Santiago 4:8 (Tla)
“Háganse amigos de Dios, y él se hará amigo de ustedes. ¡Pecadores, dejen de hacer el mal! Los que quieren amar a Dios, pero también quieren pecar, deben tomar una decisión: o Dios, o el mundo de pecado”.
 
Muchas veces nuestra vida está cerca de personas que no nos edifican y eso trae consecuencias en nuestras decisiones. Pero hay algo que debemos conocer, que Dios siempre está cerca de quienes le buscan con sinceridad.


Si estás viviendo situaciones críticas, toma la decisión de reconciliarte con Dios y no permitas que nadie ni nada te aleje de Su presencia.

Cuando estés en su compañía, descubrirás que Él tiene todo lo que tú necesitas para que tu vida recobre un nuevo aliento de confianza. Tendrás nuevas fuerzas para tomar la dirección correcta, con una nueva identidad y la buena voluntad a seguir, a pesar de tus adversidades.

¡Confiesa tus pecados! Nada hace más humilde a una persona que admitir sinceramente que ha errado al blanco.  Deja de sentir vergüenza, se valiente y elévate por sobre los demás, recibiendo el perdón de Dios en el nombre de Jesús.

Ya no pienses que Cristo está lejos o que es inalcanzable. Eso es para aquellos que no tienen la fe suficiente. Si tú lo buscas, Él estará allí.



¡Gracia y Paz!

LA FALTA DE PERDÓN LLEVARÁ A MUCHOS AL INFIERNO AUNQUE SE LLAMEN "CRISTIANOS"


LA FALTA DE PERDÓN LLEVARÁ A MUCHOS AL INFIERNO, aunque se llamen “cristianos". Porque pedirle a Dios que perdone nuestros pecados cuando nosotros no queremos perdonar aquellos que nos ofenden es pura hipocresía. Lo único que demostramos es lo vacíos que estamos del Espíritu Santo y lo muy llenos que estamos de orgullo y de soberbia, y es por eso que no nos damos cuenta lo tan mal que estamos. 

Pero eso sí… pensamos que todo mundo está mal, menos nosotros. Cada quien debiéramos examinar como esta nuestra vida delante de Dios y no caer en la falsa seguridad de que ya somos “salvos” por el simple hecho de decir que somos “cristianos” y que ya no estamos en obligación de vivir conforme a las escrituras. 

Generalmente muchos de los que piensan erróneamente que por como cristianos ya no hay obligaciones, ni condiciones, se asocia al gnosticismo y, al parecer, está presente también en el neo-gnosticismo de la Nueva Era y en otros sectarios. Ellos apelan a Romanos 7:6, pero sin tener en cuenta Romanos 3:8, 1 Corintios 6:9-19; 10:23-24; y Gálatas 5:1-13.

Todo esto me refiere entonces a la práctica (no bíblica) de vivir sin la debida consideración de la rectitud de Dios, emplear la gracia de Dios como si fuera una licencia para pecar y confiar en la gracia para ser limpios del pecado sin condiciones. En otras palabras, ya que la gracia es infinita y somos salvos por gracia, entonces, para este tipo de personas orgullosas, podemos pecar cuanto queramos y aún ser salvos. Y cuando les amonestamos sobre la gravedad de sus acciones pecaminosas nos callan diciéndonos que lo que buscamos es "salvarnos por obras". Pero sabemos que esa es una estrategia y cortina de humo tal como el "no me juzgues...solo Dios me puede juzgar" para así ellos seguir en su pecado.

Para nosotros que nos oponemos a estas ideas afirmamos que son erróneas porque, aunque como cristianos no estamos bajo la Ley (Mosaica) (Romanos 6:14), somos llamados a cumplir la ley del amor (Romanos 13:8,10; Gálatas 5:14,6:2). El cristiano debe amar a Dios con todo su corazón, alma, fuerza y mente, y a su prójimo como a sí mismo (Lucas 10:27) y eso incluye el perdonar nuestras ofensas los unos a los otros. Lo realmente triste será ver en aquel día, al sonar la trompeta, cuantos se quedarán por las raíces de amargura en su corazón al no expresar el amor de Cristo en sus vidas.

Precisamente en estos pasajes neo testamentarios radica el fundamento contrario a estos que piensan que ya como cristianos no estamos obligados a vivir en rectitud y una vida que agrada a Dios. El apóstol Pablo nos advierte precisamente contra esas interpretaciones erróneas, miremos lo que dice Romanos 6:1-2: "Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? "De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado, cómo viviremos aún en él?". Lo que significa, para algunos creyentes cristianos, no usar la gracia de Dios como una excusa para pecar, sino para ser controlados por el amor de Dios y de esta forma traer el fruto del Espíritu Santo (Gálatas 5:22-25).

De igual modo para otros, la muerte del pecado es literalmente la abolición del mismo, la salvación universal en la gracia y la integración absoluta de la creación en el proceso de redención, independientemente de sus actos.

Tengamos cuidado con esa actitud de que como “mi salvación no depende de mis actitudes pues hago lo que quiero”. Es cierto que la salvación es únicamente de Cristo y Él es el que salva, más eso no nos da derecho de vivir la vida loca y con esa actitud de que no perdonar a nadie, como si fuéramos niños caprichosos.

Estamos a tiempo, no debemos resistirnos a perdonarnos unos a los otros para ser perdonados por Dios. El anhela que vivamos en esta práctica que nos liberta.

Efesios 4:32
“Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó en Cristo”.

Mateo 6:14
“Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial”.

Marcos 11:26
“Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas”.

Salmos 86:5
“Tú, Señor, eres bueno y perdonador; grande es tu amor por todos los que te invocan”.

Miqueas 7:18
“¿Qué Dios hay como tú, que perdone la maldad  y pase por alto el delito del remanente de su pueblo? No siempre estarás airado, porque tu mayor placer es amar”.

2 Crónicas 7:14
“Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra”.

¡Gracia y Paz!

Tomado de: Marcos Sandoval Jr.
-Defensores de la San Doctrina


¿ESTÁS PREPARADO PARA PRESENTARTE ANTE DIOS EN EL JUICIO FINAL?


¿Estás preparado para presentarte ante Dios en el Juicio Final?

Todos tenemos que pasar por el Juicio Final. Todos lo sabemos pero no todos le prestamos suficiente atención a ello, sino que nos distraemos con las cosas del mundo y pasan los días sin que realmente meditemos en lo que nos espera.

Apocalipsis 20:11
“Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los MUERTOS, grandes y pequeños, de pie ante Dios y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que están escritas en los libros, según sus obras”.

¿Quiénes son los muertos para Dios? En el sentido espiritual los muertos son los que aún viven en sus delitos y pecados. Estos son los que deberán presentarse delante de Dios para juicio de sus obras, cada una de ellas serán expuestas delante de todos, incluidas las que se han hecho a escondidas, en secreto.

Efesios 2:1-3
“Y él os dio vida a vosotros cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también TODOS NOSOTROS vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira lo mismo que los demás”

¿Y qué de ti? ¿Que va a pasar contigo? ¿No quieres que tus pecados te sean perdonados y lavados en la sangre de Cristo? Esto es posible, y esto es lo que Dios quiere que hagas. Para esto es para lo que Jesús vino al mundo.

“Y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado” (1Juan 1:7).

No te distraigas con las tentaciones del mundo pensando que todo va a seguir siempre igual. Eso no es cierto, el fin se acerca a pasos agigantados. En cualquier momento podemos oír la última trompeta, porque se tocará la trompeta,  y en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, nuestros cuerpos serán transformados y seremos arrebatados en las nubes para recibir al Señor en el aire (1 Corintios 15:51-52).

Si no te arrepientes y vas a Jesús para que te limpie de tus pecados, solo te espera el Juicio Final y el lago de fuego eterno. Dios no quiere eso para ti, sino que seas salvo por medio de Jesús.



¡Gracia y Paz!