“Por el contrario, sean buenos y compasivos
los unos con los otros, y perdónense, así como Dios los perdonó a ustedes por
medio de Cristo”.
Si te interesan los temas de salud, te proponemos esta pagina:
▼
lunes, 1 de agosto de 2016
1 Tesalonicenses 5:23
"Y todo vuestro ser, espíritu, alma y
cuerpo, sea guardado irreprensible…"
Dios desea sanar nuestro cuerpo, sanar nuestras emociones.
Quiere que nuestro cuerpo, alma y espíritu, sean una unidad íntegra. El pecado
viene para deteriorar y destruir esa integridad, no sólo en nosotros, sino
también en los seres a quienes amamos. La iniquidad puede causar enfermedades y
aflicciones en el espíritu, alma y cuerpo. Solamente Dios puede limpiar del
pecado estas tres partes de nuestra vida (Espíritu, Alma y Cuerpo).
¡Qué esperanza y fortaleza le da Jesús a nuestra apesadumbrada
alma cuando nos dice: "Tu fe te ha salvado, ve en paz" (Lucas 7:50;
8:48)!
De esta forma Dios quiere sanar nuestra existencia. El
Espíritu Santo quiere que cada parte de nuestra vida sea salva, pura y saludable.
Desea darnos vida y poder para que nuestro cuerpo, alma y espíritu funcione
perfectamente.
1 Corintios 6:19
“¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo
del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois
vuestros?”
¡Gracia y Paz!
Efesios 4:31-32
Efesios 4:31-32
“Abandonen toda
amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia. Más bien,
sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como
Dios los perdonó a ustedes en Cristo”.
El perdón debe
ser la base de nuestra relación con nuestro prójimo, debe ser nuestra marca, lo
que nos distingue como cristianos, el perdonarnos unos a otros tiene que estar
presente en cada momento de nuestra vida. Esto es señal de madurez. El Perdón
es un signo de la gracia de Dios en nuestras vidas y somos llamados a entregar
esa gracia a toda persona que nos ofende. ¿Es fácil?, ¡NO! pero unidos a
Cristo podemos pasar la prueba.
Empecemos hoy
mismo a conceder perdón y gocémonos sintiendo cómo Dios se glorifica en
nuestras vidas.
¡Gracia y Paz!