Mateo
21:21-23
“Respondiendo
Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo
haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate
en el mar, será hecho. Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo
recibiréis”.
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miércoles, 6 de julio de 2016
Mateo 5:22
¿Has sentido ira por alguien? La ira es un sentimiento terrible que nos
destruye por dentro y hace daño a nuestra salud. Pero, ¿qué hacer cuando ese
sentimiento surge en nosotros? Jesús es duro con quien se enoja con su prójimo
y por eso nos dice:
“Pero yo les digo que cualquiera que se enoje
contra su hermano, será culpable de juicio, y cualquiera que a su hermano le
diga “necio”, será culpable ante el concilio, y cualquiera que le diga “fatuo”,
quedará expuesto al infierno de fuego” (Mateo 5:22).
Es por esa razón que debemos de tomar medidas para evitar
el enojo. Una forma de hacerlo es confiando a Dios nuestros problemas, sabiendo
que él nos comprende y ayuda. Por otro lado, también es bueno, si estamos
enojados con alguien, dar el primer paso para la reconciliación. No es fácil,
pero vale la pena intentarlo, siguiendo el ejemplo de Dios. Él estaba enojado
con nosotros, pero aun así envió a su hijo Jesús quien, aun siendo inocente,
entregó su vida a cambio de la nuestra. Dios no se quedó parado pensando “ellos
son los que están equivocados”, sino que vino a nuestro encuentro y, gracias a
su misericordia, somos perdonados.
Gracias, Señor, por rescatarme y perdonarme. Dame sabiduría
y fuerzas para superar la ira y vivir con el corazón libre de ese malsano sentimiento
que no solo me destruye a mí sino que
también destruye a los que me rodean. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.
¡Gracia y paz!
El Taller del Alfarero
Mateo 5:22
¿Has sentido ira por alguien? La ira es un sentimiento terrible que nos
destruye por dentro y hace daño a nuestra salud. Pero, ¿qué hacer cuando ese
sentimiento surge en nosotros? Jesús es duro con quien se enoja con su prójimo
y por eso nos dice:
“Pero yo les digo que cualquiera que se enoje
contra su hermano, será culpable de juicio, y cualquiera que a su hermano le
diga “necio”, será culpable ante el concilio, y cualquiera que le diga “fatuo”,
quedará expuesto al infierno de fuego” (Mateo 5:22).
Es por esa razón que debemos de tomar medidas para evitar
el enojo. Una forma de hacerlo es confiando a Dios nuestros problemas, sabiendo
que él nos comprende y ayuda. Por otro lado, también es bueno, si estamos
enojados con alguien, dar el primer paso para la reconciliación. No es fácil,
pero vale la pena intentarlo, siguiendo el ejemplo de Dios. Él estaba enojado
con nosotros, pero aun así envió a su hijo Jesús quien, aun siendo inocente,
entregó su vida a cambio de la nuestra. Dios no se quedó parado pensando “ellos
son los que están equivocados”, sino que vino a nuestro encuentro y, gracias a
su misericordia, somos perdonados.
Gracias, Señor, por rescatarme y perdonarme. Dame sabiduría
y fuerzas para superar la ira y vivir con el corazón libre de ese malsano sentimiento
que no solo me destruye a mí sino que
también destruye a los que me rodean. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.
¡Gracia y paz!
El Taller del Alfarero
Mateo 5:22
¿Has sentido ira por alguien? La ira es un sentimiento terrible que nos
destruye por dentro y hace daño a nuestra salud. Pero, ¿qué hacer cuando ese
sentimiento surge en nosotros? Jesús es duro con quien se enoja con su prójimo
y por eso nos dice:
“Pero yo les digo que cualquiera que se enoje
contra su hermano, será culpable de juicio, y cualquiera que a su hermano le
diga “necio”, será culpable ante el concilio, y cualquiera que le diga “fatuo”,
quedará expuesto al infierno de fuego” (Mateo 5:22).
Es por esa razón que debemos de tomar medidas para evitar
el enojo. Una forma de hacerlo es confiando a Dios nuestros problemas, sabiendo
que él nos comprende y ayuda. Por otro lado, también es bueno, si estamos
enojados con alguien, dar el primer paso para la reconciliación. No es fácil,
pero vale la pena intentarlo, siguiendo el ejemplo de Dios. Él estaba enojado
con nosotros, pero aun así envió a su hijo Jesús quien, aun siendo inocente,
entregó su vida a cambio de la nuestra. Dios no se quedó parado pensando “ellos
son los que están equivocados”, sino que vino a nuestro encuentro y, gracias a
su misericordia, somos perdonados.
Gracias, Señor, por rescatarme y perdonarme. Dame sabiduría
y fuerzas para superar la ira y vivir con el corazón libre de ese malsano sentimiento
que no solo me destruye a mí sino que
también destruye a los que me rodean. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.
¡Gracia y paz!
El Taller del Alfarero
Juan 6:52-58
Juan 6:52-58
“Los judíos entonces contendían entre sí,
diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Entonces Jesús les dijo: En
verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis
su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre,
tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final. Porque mi carne es
verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe
mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre que vive me envió, y yo
vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. Este es
el pan que descendió del cielo; no como el que vuestros padres comieron, y
murieron; el que come este pan vivirá para siempre”.