Vivir sin Cristo es vivir una
vida sin esperanza, una vida vacía que eventualmente nos llevara a la perdición
y condenación eterna. Busca a Cristo y tu vida tendrá un cambio dramático de la
oscuridad a la luz divina de nuestro Padre Celestial.
“Yo soy la vid, vosotros
los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto;
porque separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5)
¡Gracia y Paz!