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EL HOMBRE LLEGA AL COLMO DE SU NECEDAD CUANDO POR...


Es notable ver como existen personas tan inteligentes que saben tomar decisiones perfectas en los negocios, o en sus profesiones. Son muy sabios para resolver problemas científicos, sociales o políticos. Se desempeñan como maestros excelentes y líderes brillantes, pero no pueden resolver sus problemas matrimoniales, ni saben dar buenos consejos a sus hijos, y lo mas triste y lamentable es que destruyen su salud por no poder dejar el cigarro, el alcohol, o las drogas.

Truman Capote, fue uno de los escritores norteamericanos más geniales. Sin embargo su extraordinaria inteligencia nunca le dio sabiduría para superar sus problemas con el alcohol, las drogas y el homosexualismo. Él se describió a sí mismo así: "Soy alcohólico. Soy adicto a las drogas. Soy homosexual. Soy un genio".

Winston Churchill, quién fuera Primer Ministro de Gran Bretaña, tuvo una de las vidas políticas más extraordinarias, fue escritor, pintor, ganó el premio Nobel y hasta la Reina de Inglaterra lo coronó caballero. Pero era adicto al tabaco y a beber whisky hasta quedar inconsciente. Su inteligencia como político no pudo impedir que en su vida privada fuera un necio.

La mayoría de las grandes personalidades de nuestro tiempo, que brillan por su aventajada inteligencia que los ha catapultado a la cima de la fama, no tienen ni siquiera la sabiduría más básica para resolver sus problemas matrimoniales, sus adicciones más aberrantes, sus complejos, ni han podido evitar que sigan cometiendo más errores en sus ya maltrechas vidas personales.

Dios ha dado a todos los seres humanos inteligencia, pero a los pecadores del mundo les ha privado de sabiduría, por esa razón mientras más inteligentes son para lograr el éxito en las cosas del mundo, más necios se vuelven para resolver sus problemas personales.

"Pues la sabiduría de este mundo es necedad para Dios. Como dicen las Escrituras: Él atrapa a los sabios en la trampa de su propia astucia. Y también: El SEÑOR conoce los pensamientos de los sabios, sabe que no valen nada" (1 Corintios 3:19-20).



¡Gracia y Paz!
Tema de: Osvaldo Paiva