El Titanic se hundió por haber desafiado a Dios diciendo
que "éste barco ni el dedo de Dios lo podía hundir". Así mismo le
pasó a Nabucodonosor al decir: "Ésta es la gran Babilonia que yo edifique
con la fuerza de mi poder y para la gloria de mi majestad. Aún estaba la
palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo:"A ti se te
dice, rey Nabucodonosor: el reino ha sido quitado de ti; y de entre los hombres
te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los
bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas
que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da aquien Él
quiere." Daniel 4:30-32.
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martes, 10 de noviembre de 2015
Efesios 5:15-16
Efesios 5:15-16
"Por tanto, tened cuidado cómo andáis;
no como insensatos, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los
días son malos".
Bienaventurados somos porque oímos la Palabra de Dios y la ponemos por obra...
Lucas 11:28
“Y Él dijo: Antes bienaventurados los que
oyen la palabra de Dios, y la guardan”.
Esta bienaventuranza fue pronunciada por Yeshua (Jesús) a
una mujer que había levantado la voz entre la multitud diciendo que era “bienaventurado
el vientre que lo trajo al mundo y los pechos donde Él se alimentó” (Lucas
11:27); Toda vez que ésta mujer estaba asombrada por las grandes verdades que
predicaba el Maestro.
El problema era que en vez de exaltar al Creador del
Universo, esta mujer estaba exaltando el vaso que Dios había usado para que el Mesías
viniera a este mundo (o sea a María, su madre).
Qué lamentable es cuando los hombres exaltan a otros hombres
por lo que el Señor hace por medio de ellos y no le dan la gloria y honra a Dios,
quien la merece; pero que bien le contestó el Maestro cuando le dijo:"
antes bienaventurados son los que oyen la Palabra de Dios y la guardan".
Gloria al Señor porque nosotros somos los felices y bienaventurados
porque oímos la Palabra de Dios y la ponemos por obra atesorándola en nuestros
corazones y así el gozo del Señor permanece en nuestras vidas, ¡¡Somos bienaventurados!!
¡Gracia y Paz!