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martes, 10 de noviembre de 2015

¡A DIOS NADIE LO DESAFÍA!




El Titanic se hundió por haber desafiado a Dios diciendo que "éste barco ni el dedo de Dios lo podía hundir". Así mismo le pasó a Nabucodonosor al decir: "Ésta es la gran Babilonia que yo edifique con la fuerza de mi poder y para la gloria de mi majestad. Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo:"A ti se te dice, rey Nabucodonosor: el reino ha sido quitado de ti; y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da aquien Él quiere." Daniel 4:30-32.

Efesios 5:15-16


Efesios 5:15-16

"Por tanto, tened cuidado cómo andáis; no como insensatos, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos".

Bienaventurados somos porque oímos la Palabra de Dios y la ponemos por obra...



Lucas 11:28
“Y Él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan”.

Esta bienaventuranza fue pronunciada por Yeshua (Jesús) a una mujer que había levantado la voz entre la multitud diciendo que era “bienaventurado el vientre que lo trajo al mundo y los pechos donde Él se alimentó” (Lucas 11:27); Toda vez que ésta mujer estaba asombrada por las grandes verdades que predicaba el Maestro.

El problema era que en vez de exaltar al Creador del Universo, esta mujer estaba exaltando el vaso que Dios había usado para que el Mesías viniera a este mundo (o sea a María, su madre).

Qué lamentable es cuando los hombres exaltan a otros hombres por lo que el Señor hace por medio de ellos y no le dan la gloria y honra a Dios, quien la merece; pero que bien le contestó el Maestro cuando le dijo:" antes bienaventurados son los que oyen la Palabra de Dios y la guardan".

Gloria al Señor porque nosotros somos los felices y bienaventurados porque oímos la Palabra de Dios y la ponemos por obra atesorándola en nuestros corazones y así el gozo del Señor permanece en nuestras vidas, ¡¡Somos bienaventurados!!


¡Gracia y Paz!