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viernes, 25 de septiembre de 2015
¿PODEMOS JUZGAR?
¿PODEMOS JUZGAR?
¡CLARO QUE PODEMOS JUZGAR, SIEMPRE Y CUANDO SEA CON
“JUSTO JUICIO”!, pero sería bueno pensar en qué tipo de sentencia aplicaremos a
los que consideramos transgresores, delincuentes, malhechores, malignos,
pecadores, malditos, etc.
Analiza y medita en esto, porque las leyes de Dios se
cumplen aunque NO LAS CREAMOS, NO LAS ENTENDAMOS o NO LAS CONOZCAMOS. "Porque
juicio SIN misericordia se hará con aquel que NO tenga misericordia; y la
misericordia triunfará sobre el juicio…" (Santiago 2:13).
Esto significa que aun cuando alguien merezca un duro
castigo por sus obras, siempre debemos pensar en nosotros mismos, por si llegaremos
a hacer cosas semejantes. Les aseguro que todos somos pecadores y capaces de
cometer cualquier delito, “como está escrito: NO HAY JUSTO, NI AUN UNO”
(Romanos 3:10), por lo tanto, les confieso el gran temor que sentí al escribir
esto.
En la Biblia hay un ejemplo clásico: El Rey David podía
disponer de cualquier mujer soltera de su reino, inclusive, en ese tiempo se podían
tener muchas, pero se fijo en la mujer de uno de sus soldados. Esta era Betzabeth,
él la tomó y ella quedó embarazada. Como era grave que una mujer adulterara,
porque las mataban con piedras, David planificó matar a su esposo para que
nadie supiera que este niño era ilícito.
Logró que lo mataran y se casó con la esposa de este
soldado, con Betzabeth. Al tiempo, Dios le mandó a David un profeta que le
ilustró un caso de un hombre rico, que poseía muchas ovejas y vacas (2 Samuel
12), al cual le llegó un viajero ocasional y quiso darle comida, pero en vez de
tomar de sus ovejas y vacas, tomó la única oveja de un hombre pobre , la cual
era una mascota de la casa, y la mató para el viajero.
Cuando David oyó la historia, se llenó de ira por esta
injusticia y sentenció según la misma ley hebrea "que el que tal hizo
merecía la muerte y que debía pagar con cuatro ovejas". ¡NO SUPO LO QUE
HIZO, porque él YA LE HABÍA QUITADO A SU SOLDADO su única mujer, y además lo
mandó a matar!, pero él no recordaba eso cuando juzgó. CONSECUENCIAS: DAVID
perdió a CUATRO (4) hijos. Y Dios NO lo mató, porque él estaba predestinado
para ser ascendiente de Jesucristo, porque tenía un gran propósito, sino DIOS lo
hubiese matado, porque él hizo lo mismo y SE JUZGÓ A SI MISMO.
Dios nos permite analizar, denunciar, quejarnos, exponer
la verdad, declarar las injusticas. Si vamos a juzgar, que sea con “Justo Juicio”
(Juan 7:24). Evitemos sentenciar y aplicar una pena dolorosa o cruel.
¡Gracia y Paz!
Tomado de: Anna M Fidel
Editado por: Carlos Martínez M.