Hay que tener mucho cuidado con estas prácticas que se están
dando en muchas Iglesias. Vivimos en una época llena de farsantes religiosos,
de falsos testimonios, de estafa espiritual, de falsas profecías y visiones. Dios
nos advierte que probemos los espíritus (1 Juan 4:1) y la única forma de
probarlos es por medio de lo que enseña la Palabra de Dios.
¿De qué te sirve caer al suelo patas para arriba, si
cuando te levantas sigues siendo la misma persona chismosa, lengua larga,
murmuradora, contenciosa, pendenciera y con un corazón lleno de rencor hacia
tus hermanos? ¡No te dejes engañar! El Espíritu Santo consuela, renueva,
transforma, purifica, santifica, redarguye, fortalece, levanta. No te lanza al
piso para luego dejarte peor de como eras. ¡No confundas la emoción con la unción!
No hay ni un solo versículo en la Biblia que respalde estas caídas en el piso
cuando se le ora a una persona.
Solamente en los casos bíblicos, la gente caía sobre su
rostro en temor reverente ante lo que veían o ante quién veían. Todas las
personas en la Biblia que tuvieron experiencias maravillosas con Dios, siempre
cayeron sobre sus rostros. Cuando alguno fue derribado es porque había un
demonio. El Espíritu Santo no hace cosas que se salgan del orden bíblico. La Biblia
dice que todos se postraran delante del Señor. Esto de caer de espaldas sólo se
ven en los conciertos de rock y en ritos satánicos o de brujería que caen como
muertos, inconscientes. Una persona postrada delante de Dios (posición de máxima humildad
que indica y fomenta la adoración más profunda) está consciente diciendo Santo,
Santo, Santo. De ninguna manera no está inconsciente.
Es vergonzoso que la gente busque estas simulaciones
bizarras que no producen fruto espiritual, en vez de buscar el fruto práctico
que nos da el Espíritu con el propósito de glorificar a Cristo en nuestras
vidas (Gálatas 5:22-23). El ser lleno con el Espíritu no se evidencia por tales
fingimientos, sino por una vida que sobreabunde con la Palabra de Dios, a tal
grado que la Palabra se derrame en cánticos espirituales y acciones de gracias
a Dios. ¡Qué lo dicho en Efesios 5:18-20 y Gálatas 5:22-23 sea reflejado en
nuestras vidas!
¡Gracia y Paz!
By: Aíxa Salazar
Editado por Carlos Martínez M.
By: Aíxa Salazar