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viernes, 20 de marzo de 2015
¿SOBRE QUÉ CIMIENTOS ESTÁS EDIFICANDO TU VIDA?
Mateo 7:24-27
“Cualquiera, pues, que me oye estas
palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa
sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y
golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un
hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y
vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y
cayó, y fue grande su ruina”.
En enero de 2010 un devastador terremoto sacudió a Haití,
destruyendo más del 70 por ciento de los edificios en esa nación caribeña. El
Palacio Presidencial, el edificio del Congreso y básicamente los más
importantes edificios del gobierno y de las principales industrias del país
fueron convertidos en ruinas por el poderoso sismo de 7.0 de magnitud en la
escala de Richter. Sin embargo, un edificio de 11 pisos perteneciente a la
compañía telefónica, permaneció prácticamente intacto después del terremoto. ¿A
qué se debió la diferencia? El ingeniero haitiano Hans Zennid, el cual fue el
responsable de asegurarse que este edificio fuera construido a prueba de
terremotos, dijo que cuando él comenzó a diseñar los planos para el edificio,
lo primero que hizo fue un análisis del suelo, y teniendo en cuenta la
posibilidad de un sismo de por lo menos una magnitud de 7.0, añadió a los
cimientos un 15 por ciento más de concreto reforzado con acero de lo que
normalmente se acostumbra. Esta medida fue la causa de que ese edificio
resistiera el embate del fenómeno natural, mientras que los demás edificios fueron
destruidos.
En el pasaje de hoy, Jesús nos muestra una situación muy
parecida a esta. La casa edificada sobre la roca resistió la embestida de la
lluvia, los vientos y los ríos crecidos, "y no cayó", mientras que la
casa construida sobre la arena no aguantó la arremetida de estos fenómenos
naturales, “y cayó, y fue grande su ruina”. El Señor compara la primera de las
dos situaciones con alguien que “oye estas palabras, y las hace”, mientras que
en el segundo caso se refiere a una persona que “oye estas palabras y no las
hace”. Dos actitudes diferentes, dos resultados opuestos. El primero escucha
las palabras del Señor y obedece sus instrucciones. Por esta razón el resultado
es favorable. El segundo, igualmente las escucha pero hace caso omiso de las
mismas. Y su desobediencia le trae malas consecuencias. De esto se trata esta
enseñanza, de la obediencia y los buenos resultados de obedecer, y de la
desobediencia y sus lamentables consecuencias.
Derivado de nuestra
naturaleza pecaminosa y rebelde, a muchas personas nos resulta difícil escuchar
instrucciones. Mucho más difícil nos es obedecerlas al pie de la letra. Pero
esto es precisamente lo que el Señor espera que hagamos: oír sus palabras, es
decir, conocer sus instrucciones y llevarlas a la práctica. Si no lo hacemos, vamos a sufrir malas consecuencias. Por esto, el Señor
nos aconseja: “Sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores,
engañándoos a vosotros mismos” (Santiago 1:22). La obediencia a la palabra de
Dios es el único fundamento firme y permanente para la vida. Toda vida fundada
en la obediencia a esta palabra está segura, por fuertes que sean las tormentas
que la azoten.
En algún momento la prueba llegará a toda persona, ya sea
buena o mala. En esta vida nadie está exento de aflicciones y sufrimientos,
pero las consecuencias de la prueba dependerán siempre del fundamento en que
haya edificado su vida. Jesús les dijo a sus discípulos: “En el mundo
encontrareis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33). Si
nuestras vidas han sido edificadas en la fe y la confianza en el amor y el
poder de Dios, nos será fácil, en medio de la prueba, confiar en él y echarnos
en sus brazos con la plena seguridad de que todo estará bien.
Hagámonos el firme propósito de edificar nuestras vidas
sobre el fundamento de la palabra de Dios. Leamos la Biblia todos los días,
meditemos en ella y pongámosla en práctica en nuestra vida. Sólo así permaneceremos
firmes en el momento de la prueba y podremos disfrutar de la paz y la victoria
que el Señor Jesucristo nos ofrece.
ORACIÓN:
Amante Padre celestial, te doy gracias por tu santa
palabra, la cual es verdad y poder para salvación. Por favor ayúdame a edificar
mi vida sobre ella y a obedecerla siempre. En el nombre de Jesús, Amén.
¡Gracia y Paz!
Dios te Habla
¿IGLESIAS O CENTROS DE ESPECTÁCULOS?
Vivimos tiempos caóticos en todos los aspectos del diario
vivir. Pero lo más preocupante e indignante es ver como la Iglesia de Cristo está
siendo devorada por un gran deterioro espiritual. De igual forma vemos como se está
acrecentando la apostasía a pasos agigantados, sin fundamentos sólidos en la
Palabra, la cual invade las iglesias evangélicas dirigidas por falsos maestros
y lobos rapaces que ya no saben que costumbres o espectáculos del mundo van a
adoptar para entretener, anestesiar y desviar a los incautos cristianos del
verdadero evangelio de Jesús. Evangelio que debiera ser de confrontación con el
pecado para producir una vida nueva, el cual nos dice que rompamos con las
costumbres mundanas para vivir los principios del Reino.
Ahora vemos las iglesias-teatro, las iglesias-conciertos,
las iglesias-negocios, las iglesias-discotecas, las iglesias-cinemas, las
iglesias-circo con adivinos y magos, las iglesias con danza aérea acrobática, y
pronto aparecerán las iglesias con la danza del ombligo (si no es que ya está de
moda en algún lugar). Así que ya tenemos danzas, trapecistas, magos embusteros,
adivinos, y un sin número de comediantes cuenta chistes al estilo del mundo, (muchos
de ellos usando las redes sociales como esta), evidenciando tristemente que la
iglesia ha perdido la santidad, la seriedad y la verdad profunda del Evangelio.
¡CUÁNTA HEREJÍA! SI LOS APÓSTOLES BÍBLICOS VIERAN ESTO EN LA IGLESIA, MORIRÍAN
DE UN INFARTO.
Muchos dicen que no debemos señalar estos errores y
desviaciones doctrinales porque es “falta de amor”, pero es todo lo contrario,
la falta de amor consistiría en permitir el engaño y la mentira. Recordemos que
la Biblia contiene muchos casos en donde la mentira ha sido confrontada, y como
ejemplo tenemos al apóstol Pablo cuando se enfrento al apóstol Pedro, quien se desvió
de la verdad en el asunto de la circuncisión, actuando hipócritamente (Gálatas
2:13-14). También Jesús reprocho y confrontó fuertemente a los religiosos de su
época, por su conducta impropia al abusar del poder y explotar la fe con
hipocresía (Mateo capítulo 23). De manera que nuestro deber cristiano es señalar
todo lo que sea inmoral e incorrecto y,
sobremanera, si lo que se hace no es Bíblico.
2 Tesalonicenses 2:3-4
“Nadie os engañe en ninguna manera; porque
no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de
pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que
se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios
como Dios, haciéndose pasar por Dios”.
2 Timoteo 3:1-6
“También debes saber esto: que en los
postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí
mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los
padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores,
intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados,
amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad,
pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita. Porque de éstos son los que se
meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados,
arrastradas por diversas concupiscencias”.
¡Gracia y Paz!
LOS PRETEXTOS DE LOS PECADORES
Efesios 5:6
“Que nadie os engañe con palabras vanas,
pues por causa de estas cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de
desobediencia”.
1 Corintios 6:9-10
“¿O no sabéis que los injustos no heredarán
el reino de Dios? No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni
los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los
avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el
reino de Dios.…”
Gálatas 6:7-8
“No os dejéis engañar, de Dios nadie se
burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará. Porque el que
siembra para su propia carne, de la carne segará corrupción, pero el que
siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.…”
¡Gracia y Paz!