Si te interesan los temas de salud, te proponemos esta pagina:

miércoles, 29 de octubre de 2014

EX SATANISTA ADVIERTE DE SACRIFICIOS DE NIÑOS EN MÉXICO POR HALLOWEEN



ex satanista ADVIERTE de sacrificios de niños en México por halloween

Hace varios años, un periódico nacional publicó el testimonio de una mujer que confesó haber formado parte de una secta satánica y donde advertía a los mexicanos sobre los peligros de permitir a sus hijos el celebrar el "Halloween" o la "Noche de Brujas".

El diario "El Norte" reprodujo en 1992 las declaraciones de Cristina Kneer de Vidal, quien fue esoterista, satanista y espiritista de origen estadounidense y que vive en Hermosillo (Sonora), quien reveló que cada 31 de octubre decenas de jóvenes y niños son sacrificados en todo México por grupos satánicos.

Kneer reveló además que en ese entonces en el país habría unos mil 500 "adoradores de Satán" quienes se distribuían principalmente en ciudades como Guadalajara, Monterrey y México.

Según Cristina Kneer, ‘miles de personas han adoptado sin saberlo una costumbre satánica y con ello están propiciando el crecimiento del satanismo en México, sobre todo en las grandes urbes’.

Su experiencia

El diario El Norte difundió que la mujer pasó mucho tiempo cerca del satanismo, conoció la maldad y la perversión de muchos satanistas con los que convivió. ‘Son temas poco conocidos, practiqué la meditación y aunque ahora me arrepiento, llegué a abominar a Dios’, indica.

Según Kneer, el satanismo existe en todo el mundo y su práctica es tan antigua como la adoración a Yahweh. Señaló que muchas personas ambiciosas firman un "pacto con el diablo" y a cambio de riqueza y poder, ofrecen su "alma".

"Pagan un precio terrible, nunca más llegan a tener paz y son brutalmente castigados aún después de su muerte", afirmó y añadió que reconocer a un satanista es muy difícil, pero a veces se trata de políticos, artistas, funcionarios o comerciantes que gozan de mucho prestigio, aunque "eso no quiere decir que todos los políticos sean satánicos", aclaró Kneer.

Misas negras

La mujer también sostuvo que en fechas como "Halloween", los satanistas ofrecen "Misas Negras". ‘Las misas se ofician en el campo o en edificios cerrados fuertemente vigilados y se inician con la invocación de Satán que muchas veces no se presenta porque, a diferencia de Dios, no puede estar en todas partes’, explica.

Agregó que "a mitad de la misa son sacrificados animales como gatos, perros y cuando la misa es muy importante, como la de Halloween, se realizan sacrificios humanos". ‘Se eligen preferentemente niños porque son los que aún no han pecado y son los preferidos de Dios y antes de ser sacrificados son violados para despojarlos de su pureza’, reveló.

Las fiestas satánicas, siempre según la mujer, se celebran en ocho distintas fechas, aunque la más importante es la fiesta de Samhain o Halloween del 31 de octubre en que se celebra el año nuevo satánico. ‘Es como si se celebrara el cumpleaños del Diablo’, explica.

A las víctimas, asegura, se les sacrifica extrayéndoles el corazón que es comido entre los presentes, luego el cuerpo es cremado y echado al mar. ‘Para los satanistas es muy fácil deshacerse de los cadáveres porque (los celebrantes) son personas muy importantes’, asegura.

Actualmente, Kneer y otras mujeres que han participado en cultos satánicos tienen un grupo denominado SAL que pretende enviar a los satanistas un mensaje de esperanza y la petición de que no hagan más daño. ‘Cualquier satanista que lea esta información y que quiera rechazar o abandonar el satanismo puede hacerlo con ayuda de Dios, como ya lo hemos logrado nosotras’, señala.

¡Gracia y paz a Ustedes, de Yahweh Dios nuestro Padre y de Yeshua nuestro Redentor y Salvador!

Números 6:25
“Yahweh haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia”


¿Quieres saber la Historia de Halloween?
¿El Origen de los disfraces?
¿Por qué es malo celebrar Halloween?
¿Cuál es su propósito actual?
¿Cuáles son los Simbolos de Halloween?
¿Qué dice la palabra de Dios?

Visita el siguiente Blog:

Fuente:

NO CAIGAMOS EN EL LENGUAJE CORRUPTO DE LOS MUNDANOS



Colosenses 4:6
“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”.

Es triste y vergonzoso, pero hoy en día cada vez más se está aceptando el lenguaje corrompido en las conversaciones ordinarias. Son muchas las palabras groseras que se oyen ahora en la televisión, en la radio, en la gran mayoría de las canciones seculares; también se leen en los periódicos y revistas. El lenguaje obsceno y de doble sentido se oye en pláticas que hace veinte años jamás se hubiera pronunciado en público, mucho menos delante de las damas y los niños. Como Pablo bien dice, "irán de mal en peor" (2 Timoteo 3:13).

No caigamos en el lenguaje corrupto de los mundanos, porque su manera de hablar es violenta y está lleno de palabras que excitan las pasiones carnales. Los que son de la carne (los que son del mundo) "piensan en las cosas de la carne" (Romanos 8:5) y "hablan del mundo" (1 Juan 4:5).

Limpiemos nuestro corazón. "Porque de la abundancia del corazón habla la boca" (Mateo 12:34). Las palabras corrompidas que salen de la boca indican que el corazón (el carácter) es corrupto. "El hombre bueno, del buen tesoro, del corazón saca buenas cosas; el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas" (Mateo 12:35).

El cristiano debe ser conocido por su manera de hablar. La palabra de los verdaderos cristianos debe de ser siempre con gracia, buscando siempre imitar a Cristo: "Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca" (Lucas 4:22).

Un Hijo de Dios, un verdadero seguidor de Cristo, debe de hablar siempre con gracia. Su palabra debe de ser: “…sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros" (Tito 2:8). "A fin de dar gracia a los oyentes" (Efesios 4:29).



¡Gracia y Paz!

¿SABES QUE NECESITAS PARA LA GUERRA QUE ESTAS LIBRANDO?



¿SABES QUE NECESITAS PARA LA GUERRA QUE ESTAS LIBRANDO?

1 Pedro 5:8-9
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo”.

Todos los días recibimos noticias, a través de la televisión, la radio y los periódicos, de guerras, asesinatos y todo tipo de violencia en todo el mundo. Desde el Medio Oriente hasta África y hasta Centro y Sur América, los seres humanos se están matando unos a los otros indiscriminadamente. Día tras día se producen homicidios, asaltos, violaciones, violencia y odio en todas las posibles manifestaciones.

Pero hay también otra guerra llevándose a cabo, que destruye mucho más y causa mucho más dolor y desesperación que cualquiera de estas guerras. Y lo peor del caso es que la mayoría de las personas no están conscientes de la existencia de esta guerra, siendo por lo tanto mucho más susceptibles a los ataques de un enemigo que permanece invisible, pero que causa terribles efectos en la humanidad. A esta guerra se refiere la Santa Palabra de Dios que dice: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12). Es una guerra espiritual ante la cual nosotros solos nada podemos hacer. No estamos capacitados para ver a este enemigo invisible, mucho menos para enfrentarnos a él y muchísimo menos para vencerlo.

En la escritura de hoy, al diablo se le compara con un león rugiente que nos busca para devorarnos. Algunos dicen que Satanás es “un león que no tiene dientes”, quizás queriendo decir que no puede hacernos daño. Pero eso no es cierto. Eso es lo que el diablo quiere que creamos, que él “no tiene dientes”, para que nos descuidemos y entonces destruirnos. ¡Claro que tiene dientes! ¡Y grandes dientes! Si no fuera así, el Señor no nos estuviera alertado diciéndonos que ese león anda “buscando a quien devorar”. Ciertamente no se trata de dientes físicos, pero es entendible que ese “león” puede destruir nuestras vidas si nos descuidamos. Demos gracias a Dios porque tenemos la seguridad de que si nos mantenemos bajo su manto protector, ese león no podrá usar sus dientes contra nosotros porque nuestro Dios Todopoderoso le cierra su boca para que no pueda hacernos daño, de la misma manera que protegió a Daniel cuando lo echaron en el foso de los leones, y al día siguiente pudo decir al rey Darío: “Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño” (Daniel 6:22).

Por eso el apóstol Pablo en este mismo pasaje de Efesios 6, versículos 10 y 11 nos dice: “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo”. El apóstol Santiago complementa lo dicho por Pablo y Pedro, en Santiago 4:7: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”.

No luches contra las circunstancias negativas, contra las personas que te hieren y que tratan de hacerte la vida imposible; escucha la voz del Espíritu Santo hablándote a través de la Escritura. Levanta tus brazos y tu mirada al cielo, sométete a Dios y él se encargará de pelear por ti y te dará la victoria.


La fortaleza de Dios viene a nosotros cuando reconocemos nuestra necesidad de él. Estudiemos su Palabra día con día y dediquemos un tiempo a meditar en ella y postrémonos en oración ante su santa presencia. Hay un dicho que dice: “Nada hace temblar tanto a Satanás como ver a un cristiano de rodillas”. Porque él sabe que nada puede hacer en contra del poder de Dios manifestado a través de la oración.

Oración:
Gracias, Padre amado, por la protección que me ofreces cuando me consagro en el estudio de tu Palabra. Fortaléceme con tu poder y capacítame para resistir los ataques del enemigo, y así permanecer firme en tus principios, disfrutando de la victoria que viene solamente de ti. En el poderoso nombre de Jesucristo, Amén.

¡Gracia y Paz!

Dios te Habla