¿ESTÁS EDUCANDO CORRECTAMENTE A TUS HIJOS?
Proverbios 22:6
“Instruye al niño en el camino correcto, y
aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”
En diciembre de 1989, el gobierno de China lanzó una
campaña nacional contra la pornografía. Toda fotografía indecente debía ser
confiscada. Pronto, a las escuelas de Beijing empezaron a llegar muchas
fotografías. Las llevaban los niños mismos, que con vergüenza y temor las
depositaban en el escritorio de la maestra, después de lo cual regresaban
rápidamente a sus asientos. Eran sus fotos de cuando eran bebés, muchos de
ellos desnuditos o en pañales, las cuales sacaron de los álbumes familiares y
las llevaron a sus escuelas. Taeko Lin Pao, una maestra de Beijing, después
confesó: “Yo no sabía si reírme o llorar. Ciertamente esta manera de actuar de
los niños refleja la inocencia de sus corazones. No pueden esconder nada
indecente en la mente”.
La mente infantil es una hoja en blanco, por eso los
padres y las madres deben poner especial cuidado en lo que se escribe en esa
hoja. Hay un viejo dicho que dice: “El niño es el padre del hombre”. Esto
significa que el adulto actúa de acuerdo a lo que se “escribió” en esa “hoja de
papel” cuando era niño. Las impresiones (buenas o malas) que recibió en su
niñez le seguirán hasta que sea un hombre o una mujer. Un reconocido ministro y
reformador social, escribió al respecto: “No es difícil hacer que un árbol
crezca recto si lo enderezas muy temprano en su vida, pero querer enderezarlo
después de haber crecido es tarea sumamente difícil. Exactamente igual sucede
con los niños”.
El pasaje de hoy es un valioso consejo para padres,
abuelos, maestros, y todos aquellos que de una manera u otra pueden influir en
la mente de un niño. El sabio Salomón dejó escrita para siempre la clave de una
perfecta educación: la sabiduría y el amor que encontramos en la palabra de
Dios. Jesús siempre mostró un especial cuidado y preocupación por los niños. En
ocasiones en que, estando rodeado de una multitud, le traían niños para que los
bendijese, aun por encima de las quejas de sus discípulos Jesús se tomaba el
tiempo para hablarles y bendecirlos. En Mateo 19:14, por ejemplo, él dijo:
“Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el
reino de los cielos”.
Lamentablemente muchos padres buscan soluciones fáciles
para distraer a sus hijos, como por ejemplo dejarlos frente al televisor
encendido. “Con la televisión se entretienen”, dicen despreocupadamente, y no
se dan cuenta de que la televisión mal usada llena las sensibles mentes de los
niños de un torrente de crimen, de violencia y de sexo. Son hojas de papel en
blanco, donde los mercaderes del mal escriben sus propias aberraciones morales
y sensuales. En los últimos años, sobretodo, el enemigo ha estado dirigiendo
una sutil campaña usando los medios de comunicación, la cual tiene como
objetivo saturar la mente de los niños de conceptos mundanos relativos a sexo,
homosexualidad, pornografía y todo tipo de inmoralidades.
¿Qué podemos hacer nosotros para evitar que la mente de
un niño sea corrompida a través de la propaganda diabólica que tanto abunda en
este mundo? Si bien es imposible detener todo ese caudal de material indecente,
es posible controlar lo que entra a nuestra casa. Podemos cambiar el canal de
televisión, quemar la revista dañina y controlar las amistades de nuestros
niños. Y, lo más importante, preocupémonos en instruirlos con la palabra de
Dios, guiémoslos en el camino del Señor y estaremos creando en ellos una base
moral y espiritual, que será el fundamento de sus acciones por el resto de sus
vidas.
Por lo tanto, conscientes de que la mente de nuestros
niños es un papel en blanco, hagámonos el propósito de escribir sólo lo que
contribuya a levantar el nivel de su educación, su moralidad y su
espiritualidad. ¿Y qué mejor que la palabra de Dios la cual, según 2 Timoteo
3:16, es “útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado
para toda buena obra”?
ORACIÓN
Padre santo, te pido me des sabiduría y discernimiento
espiritual para que mis palabras y mis acciones puedan influir positivamente y
ser de bendición para los hijos que tú me has dado y, de igual manera, para todos
los niños que están a mi alrededor. En el nombre de Jesús, Amén.
¡Gracia y Paz!
Dios te Habla