Proverbios 14:1
“La mujer sabia
edifica su casa; Mas la necia con sus manos la derriba”
Este proverbio
nos enseña en resumen que es lo que hace una mujer sabia. Dice que edifica su
casa, mientras que de la necia también se nos da en resumen que con sus manos
derriba su casa. Pero ¿Cómo distinguir cual es sabia y cual necia?
1. ¿QUÉ ES
SABIDURÍA? La Biblia
nos dice en el Salmo 111:10: “El principio de la sabiduría es el temor de
Jehová; buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; su
loor permanece para siempre”.
Desde el
comienzo vemos que una mujer sabia sobre todas las cosas es una mujer que teme
al Señor y conoce a Dios. Esta es nuestra primera característica y debemos
aclararla porque existe una sabiduría que no proviene de Dios sino que es
carnal, mundana y diabólica. Cuando Eva estaba en el huerto, ella vio que el
árbol prohibido era “bueno para adquirir sabiduría”. Pero esa sabiduría es una
sabiduría que produce necedad porque es producto de la desobediencia. Al
contrario la sabiduría que proviene de Dios se hace manifiesta en lo que,
practican sus mandamientos.
La mujer sabia
es una mujer creyente. No existe sabiduría aparte del temor de Dios. Por eso
para poder llenar los requisitos de ser sabia la mujer debe comenzar por tener
una relación con Dios. Vivimos en tiempos donde muchas personas rinden culto a
Dios solo de labios, pero su corazón está lejos del temor de Dios. De labios
profesan temor pero con sus acciones y a veces con los mismos labios que
profesan temor a Dios, demuestran que en verdad tal temor no existe en ellas.
Es muy
interesante que la mujer que edifica su casa sea la que es sabia. No dice
educada, tampoco dice profesional, ni dice bella, de buen porte ni atractiva.
Cosas que nosotros consideramos importantes. Lo que la Biblia nos dice es que esta
mujer es una mujer temerosa de Dios.
2. ¿QUÉ ES
NECEDAD? La Biblia
nos dice en Proverbios 9:6: “Abandonad la necedad y viviréis, y andad por el
camino del entendimiento”.
La necedad por
supuesto es lo contrario a la sabiduría. La necedad comienza por la falta de
Dios en la vida y la falta del propio temor, a su presencia. Sin Dios no puede
haber sabiduría y todo lo que se hace sin Dios es necedad. La única manera de
dejar de ser necios es buscando a Dios en todo tiempo
La necedad se
hace patente en la conducta, en las obras de las manos y en las palabras.
Existen en la Biblia
algunos casos de mujeres que actuaron con necedad destruyendo así sus casas y
sus hogares. Tenemos particularmente el caso de Jezabel, la mujer de Acab que
siendo de influencia negativa a su esposo logró que este se apartara de Dios y
terminara su vida con una muerte vergonzosa siendo su sangre lamida por los
perros. El fin del necio es muerte y destrucción.
Por tanto; la
mejor manera para conocer una mujer sabia es por medio de sus acciones, por la
obra de sus manos, y por las palabras de sus labios. Así que si hay alguien que
esté buscando una mujer sabia para casarse, debe comenzar a observar su
comportamiento, ver lo que hace y evaluar lo que dice porque de “de la
abundancia del corazón habla la boca”. Y aunque existen muchos con el arte de
engañar, pronto se sabrá quién es la verdadera mujer sabia y cual no lo es. Lo mejor
seria que pusiera en oración su necesidad y Dios, en su tiempo, le dará la ayuda
idónea que necesita.
La mujer sabia,
está envuelta en edificar su familia. Esto incluye sus hijos y su esposo. La
mujer sabia es de influencia positiva en la vida de sus hijos y la vida de su
marido. Muchas mujeres no han llegado a comprender cuán importante es esta
tarea de edificar su casa. La influencia de una mujer sabia puede hacer la
diferencia entre un hogar destruido, unos hijos mal criados, perdidos y
alejados del temor de Dios y unos hijos llenos de temor de Dios, obedientes,
sumisos, amables y buenos ciudadanos.
Mujer Cristiana,
pídele a Dios, te motive a querer ser ejemplar en tu conducta, sabia en el
hablar y en todo tu proceder. Que sepas utilizar la sabiduría para beneficio de
tu hogar, y puedas usar la gracia divina para ser de bendición a tu esposo e
hijos. Que seas una mujer que edifica su casa sabiamente, temiendo a Dios por
encima de todas las cosas. Y que no seas necia derribando tu propia morada.
Proverbios 31:10
“Mujer
hacendosa, ¿quién la hallará? Su valor supera en mucho al de las joyas”.
“Gracia y Paz”