Hechos 16:31
“Cree en el
Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa”.
Esta es una
promesa divina incuestionable y de verdad hermanos, no deseo crear ninguna
controversia con lo que voy a expresar, pero yo pienso no es suficiente con creer.
“Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Mas
quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?” (Santiago 2:19-20).
Tu… ¿porqué
crees que eres Cristiano?
-¿Por qué dices
que lo eres? ¡No!
-¿Porque
levantaste la mano en una reunión? ¡No!
-¿Por haber
orado una “oración mágica”? ¡No!
-¿Porque vas a
la iglesia? ¡No!
-¿Porque
diezmas? ¡No!
-¿Por haber sido
bautizado? ¡No!
El verdadero Cristiano
o discípulo de Cristo se debe iniciar con el arrepentimiento. El arrepentimiento
no es opcional, es un mandato de Dios. Dios “ahora manda a todos los hombres en
todo lugar, que se arrepientan” (Hechos 17:30).
Jesús dice que del
arrepentimiento se deben de ver: “frutos dignos de arrepentimiento” (Lucas 3:8).
Jesús, desde el
inicio de su Ministerio, comenzó a predicar: “Arrepiéntanse, porque el reino de
los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17).
“No he venido a
llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento” (Lucas 5:32).
“…si no os
arrepentís, todos pereceréis igualmente” (Lucas 13:3).
La predicación
superficial que vemos hoy en día no produce cambios verdaderos. Debe haber una
señal de regeneración. Somos salvos por fe, pero la fe sin obras es muerta.
Hay tres Áreas
que deben de verse en un arrepentimiento genuino:
Emociones - Dolor
del pecado.
Intelecto - Cambio
de mente.
Voluntad. - Cambio
de vida.
“Pero ahora me
regocijo, no de que fueron entristecidos, sino de que fueron entristecidos para
arrepentimiento… Porque la tristeza que es conforme a la voluntad de Dios
produce un arrepentimiento que conduce a la salvación, sin dejar pesar; pero la
tristeza del mundo produce muerte” (2 Corintios 7:8-10).
Los frutos dignos
de arrepentimiento se muestran de una manera práctica. Dejas de robar, dejas de
tranzar, dejas de hacer cosas deshonestas. La Biblia lo señala por medio de Juan el Bautista: “Y
decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él: ¡Oh generación de
víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos
de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a
Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun
de estas piedras. Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles;
por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego. Y la
gente le preguntaba, diciendo: Entonces, ¿qué haremos? Y respondiendo, les
dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer,
haga lo mismo. Vinieron también unos publicanos para ser bautizados, y le
dijeron: Maestro, ¿qué haremos? El les dijo: No exijáis más de lo que os está
ordenado. También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué
haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos
con vuestro salario” (Mateo 3:7-14).
Entonces… ¿La
salvación es por fe y no por obras para que nadie se glorié? o ¿La fe sin obras
es muerta en si misma?; ¿Pablo y Santiago se contradicen? Por supuesto que Pablo
y Santiago NO se contradicen porque ambos hablan de un solo Evangelio, el de
Cristo. Y la Biblia
no se contradice porque todo lo que ahí esta escrito es de inspiración divina.
Al igual,
podremos ver que algunos religiosos dicen que es por obras solamente y otros
dicen que es por fe solamente, pero las medias verdades son mentiras. No somos “salvos
siempre salvos”; porque la salvación se mantiene y se lucha hasta que venga
Cristo.
Medita en lo que dice la
Palabra de Dios con respecto a “Las obras de la carne y el
fruto del Espíritu” y también pensaras que CREER NO ES SUFICIENTE:
(Gálatas 5:16-26)
5:16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la
carne.
5:17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu
es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
5:18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
5:19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio,
fornicación, inmundicia, lascivia,
5:20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas,
disensiones, herejías,
5:21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas;
acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que
practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe,
5:23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
5:24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y
deseos.
5:25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
5:26 No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos
unos a otros.
“Gracia y Paz”