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jueves, 7 de noviembre de 2013

¿ESTAS IMPACTANDO A OTROS PARA CRISTO?



Colosenses 4:6
“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”.

¿Recuerdas como fuiste impactado para conocer a Cristo? Cuando nosotros tenemos el deseo de impactar a quienes nos rodean, a menudo nos inspiramos en el ejemplo de las personas que han influenciado nuestras vidas. Muchos hemos conocido a hombres o mujeres que crearon en nuestras almas el hambre de conocer más a Dios. Al ver la diferencia que marcaron en nuestra vida, podemos preguntarnos si podremos alguna día tener esa clase de influencia en los demás.

La respuesta es sí, porque el Espíritu Santo mora en cada uno de los que seguimos a Cristo, haciendo posible que cualquiera de nosotros sea útil. Puede ser tan fácil como decir palabras amables. Por ejemplo: si tu notas que alguien está deprimido o atribulado por las circunstancias que se están dando en su vida, tienes la oportunidad de decirle: “Quiero que sepas que aunque las cosas lucen sombrías en este momento, estoy orando por ti. Vas a salir bien de esto”. Puede que esto no suene muy elocuente o profundo, pero imagínate a ti mismo recibiendo ese aliento en un momento de necesidad. Entonces tendrás una idea de cuán importantes pueden ser esas palabras.

Otra manera de lograrlo, es por medio de la Congregación a la cual asistes. Cada semana, cuando des tu ofrenda, el Señor dispondrá los medios para que ese dinero sea usado de maneras que tu nunca podrías medir. Él sabe cómo multiplicar lo que tu das, para que vaya mucho más lejos de lo que puedas ver.

Puesto que Dios quiere que todos los creyentes tengamos un impacto para su reino, Él espera que tu uses las habilidades y oportunidades que le ha dado. ¿Por dónde comenzar? Allí mismo donde estás ahora —empieza a hacerlo iluminando el lugar donde vives.


“Gracia y Paz”
Meditación Diaria


OJO CON LOS FALSOS LÍDERES



Mateo 15:1-14
“Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan. Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición? Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte, ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición. Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. Y llamando a sí a la multitud, les dijo: Oíd, y entended: No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre. Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra? Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo”.

En este pasaje, Jesús habló de líderes en quienes no se debe confiar. Llamó “hipócritas” y “ciegos guías de ciegos” a los líderes religiosos de su tiempo. Los escribas y fariseos enseñaban tradiciones de los hombres, no los mandamientos de Dios. Hoy en día también existen este tipo de líderes, los cuales proclaman que ellos tienen la verdad, y diseñan una especie de Teología selectiva en la que utilizan ciertas porciones de la Biblia para justificar sus doctrinas y sus propósitos. El apóstol Juan se refiere a estos cuando escribió: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1 Juan 4:1). ¿Y cómo se prueban los espíritus? Debemos hacernos preguntas como estas: ¿Refleja la vida del líder la vida de Cristo? ¿Sus acciones glorifican el nombre del Señor? Jesús advirtió a sus discípulos acerca de esta situación diciéndoles: “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7:15-16).

Los falsos maestros crean división y discordia. Muchas veces tratan de parecer superiores a sus oyentes manifestando tener una espiritualidad más avanzada que los demás, quizás alegando haber tenido una experiencia espiritual que los eleva a un “nivel más alto”, pero en realidad actúan movidos por sus egos y sus bajos principios. El verdadero líder es imitador de Cristo en todo; sus acciones, sus palabras, sus gestos, todo lo que hace va encaminado a darle la gloria al Señor. Un líder confiable siempre señalará a Cristo, el cual es el camino, la verdad y la vida, y no a sí mismo. Este no tiene que preocuparse por declarar sus “buenas cualidades” pues el Espíritu Santo se encargará de hacerlo saber a todos.

Debemos ser cuidadosos al seguir a un líder, pues si bien hay líderes que han sido usados por Dios poderosamente, como Moisés y Josué, el apóstol Pablo y otros, incluyendo a muchos en nuestros tiempos, también es cierto que ha habido líderes que se han desviado del plan de Dios, como Saúl, que al final fue desechado por Dios; y en el Nuevo Testamento los fariseos, de los cuales habla el pasaje de hoy. El apóstol Pablo, en su segunda carta a los corintios, también advierte acerca de “falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo” (2 Corintios 11:13). Y si no estamos alertas podemos seguirlos ciegamente.

Hazte el propósito de leer la Biblia todos los días y medita en lo que lees. Conoce a fondo la Palabra de Dios y aplícala en tu vida. Ora y pide al Señor el discernimiento del Espíritu Santo para distinguir la verdad del error, y mantente siempre alerta ante las asechanzas del enemigo.

ORACIÓN:
Padre santo, te ruego me des discernimiento espiritual para identificar quienes son los líderes ungidos por ti a quienes debo seguir, y cuales son los que debo evitar. Pero por sobre todas las cosas ayúdame a tener mis ojos fijos en ti y tu santa palabra. En el nombre de Jesús, Amén.


“Gracia y Paz”
Dios te Habla


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