Efesios 4:25
"Por lo
cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque
somos miembros los unos de los otros".
Por todas partes
han surgido tantas personas proclamando tantas verdades que la gente ya no sabe
donde está la "verdadera" verdad. Vivimos en un mundo colmado de
mentiras donde aún las que se consideran supuestas verdades son rotundas
mentiras. Por otro lado existen las llamadas medias verdades, las cuales no
dicen totalmente la verdad ni son totalmente una mentira. También oímos hablar
de "las mentiras piadosas" o "mentiras blancas". Esta forma
de expresión ha inundado prácticamente todos lo sectores de la sociedad
inclusive a los cristianos. Muchas veces para salir de situaciones embarazosas
se utilizan estas "mentiras piadosas". Para obtener beneficios
laborales o mejoras económicas muchos no vacilan en utilizar cualquier clase de
mentira. Para muchos, decir la verdad simplemente significa meterse en
problemas. Y prefieren no decirla. Entonces, ¿cómo podemos saber cuál es la
verdad?
En la Biblia encontramos la
respuesta a esta pregunta. En Juan 14:6, Jesús dice a sus discípulos: “Yo soy
el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Jesús no
les dijo: "Yo hablo la verdad", o "Yo predico acerca de la
verdad" sino “Yo soy la verdad” ¡La única verdad! Sólo existe una verdad
absoluta, y esta verdad es Jesucristo. Como cristianos, tenemos un sólo camino
a seguir que no sólo es decir la verdad sino vivir en la verdad. A medida que
Cristo (“La Verdad”),
vaya gobernando cada área de nuestras vidas nos resultará más fácil hablar
verdad y nos deleitaremos más en vivir en la verdad.
La mentira
proviene del diablo el cual, dice la
Biblia, es un mentiroso. En Juan 8:44 Jesús se dirige a un
grupo de judíos y les dice: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los
deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio,
y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla
mentira, de su propia naturaleza habla; porque es mentiroso, y padre de mentira”.
El diablo usa la mentira para hacer caer en sus trampas a las personas que las
creen. Y desde ese momento son esclavas del pecado y la mentira. No es posible
ser libres viviendo en la mentira. Una mentira siempre trae detrás otra mentira
que trata de ocultar la primera, y después otra y otra más, y el resultado en
una cadena de mentiras que mantiene esclavizado al mentiroso. Y, lamentablemente,
este es el patrón en el mundo en que vivimos. Esto no debe extrañarnos si
consideramos que, en su evangelio, el apóstol Juan llama al diablo “El príncipe
de este mundo” (Juan 14:30). Y si Satanás es el “príncipe de este mundo”,
¿podemos acaso esperar que reine la verdad? Todo lo contrario.
En Juan 8:31, 32
Jesús dice a un grupo de judíos que habían creído en él: “Si vosotros
permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. Conocer la Biblia, que es la Palabra de Dios, o sea
leerla, escudriñarla, meditar en ella, recordarla y “permanecer” en ella
obedeciéndola es la única manera de conocer la verdad y vivir en la verdad.
Cuando además oramos pidiendo al Señor sabiduría y discernimiento espiritual,
el Espíritu Santo usa esta palabra y nos da una clara revelación de la verdad.
El apóstol Pablo, en su carta a los efesios les dice que no cesa de dar gracias
por ellos, “haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de
nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de
revelación en el conocimiento de él” (Efesios 1:16-17). Cuando llegamos a este
nivel espiritual, entonces somos totalmente libres de la maldición que resulta
de la mentira.
Si aun no lo
haces, decide hoy dedicar todos los días un tiempo a leer la Biblia y a orar pidiéndole
a Dios que te dé sabiduría y discernimiento espiritual para entender su
Palabra, y llegar a conocer plenamente la única verdad.
ORACIÓN:
Padre amoroso y
misericordioso, te ruego limpies mi corazón y mis labios de toda mentira o
medias mentiras, pues ellas lo único que hacen es destruir mi vida y mi
integridad. Ayúdame a conocer la verdad a través de la lectura de tu Santa
Palabra y a vivir en ella plenamente para que tu nombre sea glorificado. Dame sabiduría
y discernimiento espiritual para entender lo que tu quieres hacer en mi vida, en
el nombre de Jesús, Amén.
“Gracia y Paz”
Dios te Habla
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