2 Pedro 2:1-3
“Pero hubo también falsos
profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que
introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que
los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán
sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será
blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas.
Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición
no se duerme”.
Este pasaje es parte de la
segunda carta del apóstol Pedro a los cristianos exiliados que vivían en varios
lugares del Asia Menor. El propósito fundamental era alertarlos acerca de los
falsos maestros que comenzaban a levantarse entre ellos de la misma manera que
muchos años antes se levantaron falsos profetas dentro del pueblo de Israel.
Estos falsos maestros están más interesados en obtener beneficios propios que
en decir la verdad. Y con este fin se presentan ante la iglesia con muy buenas
credenciales tratando de ocultar sus verdaderas intenciones. Si se les permite,
ellos “introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al
Señor que los rescató”, dice el pasaje de hoy. También Jesús advirtió a sus
discípulos acerca de estos falsos maestros cuando les dijo: “Guardaos de los
falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro
son lobos rapaces” (Mateo 7:15). Es decir, aparentan ser muy buenos y mansos
pero en sus corazones guardan propósitos muy diferentes a los planes y
objetivos que el Señor tiene para su iglesia.
Han transcurrido casi 2,000 años
de esta advertencia del Señor y en la actualidad todavía encontramos, formando
parte del liderazgo de la iglesia de Cristo, muchos falsos pastores y maestros
con características similares a las pronunciadas por Jesús. Y lo peor de todo
es que “muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de
la verdad será blasfemado.” Y todos estos correrán la misma suerte que aquellos
a los que ciegamente siguen. Así se refirió Jesús a los fariseos cuando dijo a
sus discípulos: “Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al
ciego, ambos caerán en el hoyo” (Mateo 15:14).
Ciertamente debemos tener en
cuenta estas advertencias, pues pueden librarnos del mal que a ellos les
espera. Es responsabilidad de cada creyente identificar a estos falsos
pastores. ¿Cómo podemos identificarlos? Jesús nos lo dice en Mateo 7:16: “Por
sus frutos los conoceréis”. Lo primero que debemos hacer es comparar lo que
predica el Pastor con lo que está escrito en la Biblia. Jesús dijo a
sus discípulos que sus palabras “son espíritu y son vida” (Juan 6:63), y que si
permanecían en su palabra, “conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”
(Juan 8:32). Quien no siga fielmente estos principios no está predicando la
verdad, y bien sabemos de quien viene la mentira.
Es muy importante discernir quien
está en control del culto. ¿Es el Espíritu Santo o es el hombre? Hay pastores
que han llegado a envanecerse tanto que quieren ejercer control absoluto, y por
lo tanto no permiten que el Espíritu se mueva con la libertad que debe moverse
para bendecir y ministrar (2 Corintios 3:17). También hay otras señales que
pueden mostrarnos su carácter. Por ejemplo, ¿es el Pastor suficientemente
honesto y transparente como para dar a conocer con toda claridad a la
congregación su salario y demás beneficios? Son las ofrendas las que cubren
estos y otros gastos de la iglesia, y los miembros tienen todo el derecho a
conocerlos. Otros aspectos importantes del carácter son el amor y la humildad.
¿Están estos presentes en el comportamiento del Pastor? ¿Se refleja en él el
carácter de Cristo?
Si diariamente leemos la Biblia y tenemos un tiempo
de oración, pidiendo al Señor sabiduría y discernimiento espiritual, podremos
fácilmente identificar a los falsos pastores. Debemos entonces buscar la
voluntad de Dios en cuanto al próximo paso que debemos dar. No todas las
iglesias ni todas las circunstancias son exactamente iguales. Solamente el
Espíritu Santo puede ayudarnos a tomar una decisión que esté de acuerdo a la
voluntad de Dios.
ORACIÓN:
Bendito Dios, te suplico me des
sabiduría y discernimiento para poder identificar a los falsos pastores y
maestros, y actuar conforme a tu voluntad. En el nombre de Jesús, Amén.
“Gracia y Paz”
Dios te Habla