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miércoles, 1 de mayo de 2013

“VENCE CON EL BIEN EL MAL”



Romanos 12:21
“No seas vencido de lo malo; mas vence con el bien el mal”.

La sabiduría del mundo es buscar la venganza; ojo por ojo. Combate el fuego con el fuego. Así no es el camino del Reino de Dios. Jesús dice que debemos bendecir a los que nos maldicen, y orar por los que nos hacen mal.

¡Que Salvador tan magnifico tenemos! ¡Qué contraste con muchas religiones belicosas que incitan a sus partidarios y seguidores a que agarren la espada, y que hagan violencia en el nombre de su religión.

Como cristianos que somos, representamos a Cristo aquí en la tierra, de modo que nuestra vida debe brillar como una luz, dirigiendo a la gente a nuestro Padre Celestial. Eso es vencer lo malo con el bien. ¿Quién sabe, si al hacer esto podamos ganar algunos para Cristo, de manera que ellos también tendrán una eternidad de gozo en la presencia del Padre Celestial, en lugar de tener las tormentas de la eternidad que esperan a aquellos que no se quieren rendir a Cristo para seguirlo.

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día

¿QUIEN EDUCA A QUIEN, QUIEN MANDA A QUIEN?



Proverbios 22:6
“Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”.

Efesios 6:2-3
“Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra”.


Nos quedamos sorprendidos, cuando se informa en periódicos o radio, que el sicario no superaba los 18 años. Cuando los cuerpos de los 3 o 4 ejecutados, correspondían a adolescentes de hasta 14 años de edad. Frente a lo anterior, el psiquiatra dominicano César Mella, hizo publicar el siguiente trabajo, que creo que a todos los que somos padres, o seremos abuelos algún día, nos debe interesar; el texto que me llegó suscrito por el doctor Mella, es el siguiente:

Yo me preguntaría y plantaría la siguiente pregunta: ¿cómo eduqué o estoy educando a mis hijos? ¿Qué valores inculco o inculqué a mis hijos? A los jóvenes de este siglo hay que llamarlos varias veces en la mañana para que se levanten, para llevarlos a la escuela y, digo llevarlos porque no tienen que tomar el camión o caminar larguísimas distancias para llegar a ella. Se levantan generalmente irritados porque se acuestan muy tarde, viendo televisión por cable, jugando playstation, hablando o enviando mensajes por teléfono o chateando por Internet. No se ocupan de que su ropa esté limpia y mucho menos en poner un dedo en nada que tenga que ver con arreglar algo en el hogar. Tienen los juegos y equipos digitales más modernos del mercado, Ipod, Blackberry y computadora no pueden faltar, como tampoco el pago por su actualización.

Hoy los hijos, muchas veces sin merecerlo, presumen el celular más novedoso. El Nextel más costoso. La Lap Top más equipada. Nada les costó. Si se descomponen, para eso estamos, no faltaba más, hay que pagar la reparación, a la brevedad y sin chistar. Idolatran amigos y a falsos personajes de Realitys de MTV. ¡Ah! pero viven encontrándole defectos a los padres, a quienes acusan a diario de que sus ideas y métodos están pasados de moda. Se cierran automáticamente a quien les hable de moral, honor y buenas costumbres, y mucho menos de religión. Lo consideran aburrido. Ya saben todo y, lo que no ¡Lo consultan en Internet!

Nos asombramos, porque los sicarios cobran cuotas sin trabajar por ellas, cuando a nuestros hijos los acostumbramos a darles todo incluso su cuota semanal o mensual sin que verdaderamente trabajen por ella, y todavía se quejan porque eso no les alcanza. Si son estudiantes, siempre inventan trabajos de equipo o paseos de campo, que lo menos que uno sospecha, es que regresarán con un embarazo, habiendo probado éxtasis, coca, marihuana o cuando mínimo alcoholizados. Y cuando les exiges lo más mínimo en el hogar o en la escuela, lejos de ser agradecidos te contestan, con desfachatez: "yo no pedí nacer, es tu obligación mantenerme o quien les manda andar de calientes".

Definitivamente estamos bastante mal, pues la tasa de que hagan su vida independiente se aleja cada vez más, pues aún graduados y con trabajo, hay que seguirlos manteniendo, pagándoles deudas, servicios y hasta los partos de sus hijos. Con lo anterior, me refiero a un estudio que indica que este problema es mayor en chicos de la sociedad de clase media o media alta (o de capas medias urbanas) que bien pudieran estar entre los 14 y los 28 años, si es correcto 28 años o más ¿lo pueden creer? y que para aquellos padres que tienen de dos a cuatro hijos constituyen un verdadero dolor de cabeza. ¿Entonces en qué estamos fallando? Yo sé, dirán que los tiempos y las oportunidades son diferentes, pues para los nacidos en los años cuarenta y cincuenta, el orgullo reiterado era levantarse de madrugada a ordeñar las vacas con el abuelo; que tenían que ayudar a limpiar la casa; no se frustraban por no tener vehículo, andaban a pie a donde fuera, siempre lustraban sus zapatos, los estudiantes no se avergonzaban de no tener trabajos gerenciales o ejecutivos, aceptaban trabajos como limpiabotas y repartidores de diarios. Lo que le pasó a nuestras generaciones, es que elaboramos una famosa frase que no dio resultado y mandó todo al diablo: ¡Yo no quiero que mis hijos pasen, los trabajos y carencias que yo pasé!

Nuestros hijos no conocen la verdadera escasez, el hambre. Se criaron en la cultura del desperdicio: agua, comida, luz, ropa, dinero. Muchos de los nuestros hijos, a los 10 años ya habían ido a Disney World mínimo dos veces, cuando nosotros a los 20 si bien nos iba conocíamos la Ciudad de México, con su hoy vetusto y atiborrado Metro. El "dame" y el "cómprame", siempre fue generosamente complacido convirtiendo a nuestros hijos en habitantes de una pensión, con sirviente(a) y todo incluido, que después intentamos que funcionara como hogar.

Es alarmante el índice de divorcios que se está generando, van a la conquista de su pareja y vuelven al hogar, sólo unos meses más tarde, divorciados porque la cosa no funcionó; ninguno de los dos quiere servir al otro en su nueva vida. Como nunca batallaron en la pensión con sirviente incluido, en la que se les convirtió el hogar paterno, a las primeras carencias en el propio, avientan el paquete y regresan a la casa para que la mamá y el papá continúen resolviéndoles la vida.

Este mensaje es para los que tienen hijos y que pueden todavía moldearlos, edúquenlos con principios y responsabilidades. háganles el hábito del ser agradecidos. Háganles el hábito de saber ganarse el dinero con honestidad, la comida, la ropa, el costo de la estancia en la casa en la cual no aportan para el pago de servicios. Háganles saber lo que cuesta cada plato de comida, cada recibo de luz, agua, renta. Háganles sentir en su casa, cómo se comportarían ustedes en casa ajena cuando van de visita. Por ese domingo o cuota semanal o mensual, edúquenlos en la cultura de la correspondencia y el agradecimiento. Que los sábados o domingos laven el carro, ayuden a limpiar la casa, NO SU CUARTO, esa debe ser obligación de siempre sin pago de por medio. Háganles la costumbre de limpiar sus zapatos, de que paguen simbólicamente, por todo lo que gratuitamente reciben, implántenles la ideología de ameritar una especie de beca escolar que ustedes pagan, y por la que ellos no pagan ni un centavo, eso puede generar una relación en sus mentes trabajo=bienestar.

Que entiendan que asistir a la escuela, es un compromiso con la vida, que no es ningún mérito asistir a ella. De la responsabilidad con que cumplan ese compromiso, dependerá su calidad de vida futura. Todos los niños deben desde temprano aprender a lavar, planchar y cocinar, para que entiendan la economía doméstica en tiempos que podrían ser más difíciles. Cuida lo que ven y ves con ellos en la televisión, y evita caer en el vicio social llamado telenovelas, los videojuegos violentos, la moda excesiva y toda la electrónica de la comunicación, que han creado un marco de referencia muy diferente al que nos tocó. Cuando ocupes corregirlos, aconséjalos, platica con ellos, no los ofendas, no los reprendas en público. Si lo haces, nunca lo olvidarán. Nunca te lo perdonarán.

Estamos comprometidos a revisar los resultados, si fuimos muy permisivos, o sencillamente hemos trabajado tanto, que el cuidado de nuestros hijos queda en manos de las empleadas domésticas y en un medio ambiente cada vez más deformante. Ojalá que este mensaje llegue a los que tienen la oportunidad de cambiar o hacer algo al respecto. Ya los abuelos pagaron. Nosotros estamos pagando con sangre la transición. Que cada quien tome lo que la corresponda. Que haga lo que pueda y quiera. Recuerda que para que triunfe el mal, solo se necesita que la gente buena lo permita

"Gracia y Paz"
Vida y Familia

COMO LA GALLINA



Mateo 23:37-38
“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! He aquí vuestra casa os es dejada desierta”.

En este pasaje Dios le habla a la ciudad amada. Nunca existió un pueblo que Dios haya levantado y escogido para sí, como lo ha sido Jerusalén. Pero la palabra y la sentencia dirigida hacia ellos es muy especial.  Dos veces les llama, como si quisiera que su atención se centrara en lo que habrá de decirles.

Este pueblo rechazó a Dios y su rechazo lo manifestó matando a los profetas y apedreando a aquellos que Dios les enviaba. Más hoy la Iglesia de Dios, al igual que Jerusalén escogida por Dios, debe aprender a actuar en base a aquellos ejemplos que nos quedaron como lecciones valiosas para nuestras vidas, para que no cometamos los mismos errores que ellos cometieron. De esta cuenta, la Iglesia hoy en día, debe decir “bienvenido” a todo aquel verdadero mensajero que venga de parte de Dios, a todo maestro genuino que traiga una voz y un mensaje de parte de Dios.

Quiero tomar una ilustración para poder enfocar el mensaje de hoy, una anécdota al respecto: Un granjero tenía una gallina con varios pollitos, de repente vino una tormenta eléctrica y el granjero corrió a tomar a los de su familia y entró en su refugio con ellos. En su apresuramiento por resguardarse con los suyos, al granjero se le olvidó la gallina. Ya adentro, los hijos del granjero le hicieron ver su falta, pero ya era tarde para salir por la gallina y los pollitos. Los hijos estaban acongojados por la gallina. Al fin de la tormenta ellos salieron y lo primero que hicieron fue ir a buscar a la gallina. De repente encontraron una masa de lo que había sido antes carne, ahora toda quemada. Alrededor plumas medio quemadas, algunas partes de miembros que dejaban saber que esa era su gallina. Los niños rompieron a llorar, pero se acordaron de los pollitos y nuevamente iniciaron la búsqueda. El granjero se dispuso a levantar los restos de la gallina y sucedió que bajo aquellos restos quemados encontró sanos y salvos a los pollitos. La gallina los había protegido de la muerte, aún a costa de su propia vida!

Jesucristo comparó a Israel con los pollitos y a la gallina con Israel. Como el Israel de Dios que la Iglesia ha llegado a ser, según Gálatas 6:16, Dios vela por guardarnos, preservarnos y cuidarnos. De hecho Jesucristo sufrió el sacrificio que como la gallina de la ilustración, estuvo dispuesto a morir por amor a nosotros. ¡Imagínate tener la sobreprotección del Altísimo, del Dios Todopoderoso, del Creador de los Cielos y la Tierra y que se levante como Guerrero, como Escudero, como Abogado Defensor nuestro, como Ciudad Fortificada! ¡Quién se podrá levantar en contra nuestra, si Él marcha delante como poderoso gigante! ¿Qué enemigo podrá hacernos frente a nosotros? ¡Ningún arma forjada prevalecerá en contra de los pollitos de la gallina! ¡Aleluya!

Pero… Israel no quiso ser protegida. ¡Qué terrible cosa es no querer nada con Dios! El hombre llega a rechazar a Dios con sus actitudes: Se le habla de Dios, de su Palabra, de Su Plan de Salvación, de Su Evangelio y no le gusta, aún, se molesta, lo niega. Está huyendo y rechazando la Gracia que Dios le ofrece. Está viendo pasar delante de sí, los años de su existencia y no corre a refugiarse en su mamá gallina, en su Creador y Formador. ¿Qué puede depararle si persiste en esta conducta? La respuesta está al final del pasaje citado: La casa es dejada desierta.

Cuando señala el Señor Jesucristo que aquella casa habría de ser dejada desierta, en primera instancia se refería al templo en su tiempo presente, a aquel mismo templo del cual el dijo que no quedaría piedra sobre piedra de él (Mateo 24:1-3), luego, cuando se habla de que sería dejado el templo desierto, no se refería a que ya no iban a acudir personas, sino que la presencia de Dios le abandonaría por completo. Esto lo confirma en el versículo 39, del mismo pasaje de Mateo 23, cuando dice: “Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor”. Y esto viene a significar una dirección clara que nos enfila hacia su segunda venida, pero ese es otro tema.

Apliquemos: ¿De qué sirve templo sin Dios en él? ¿Para qué culto si no hay Dios a quién adorar? Pero también: ¿De qué sirve la vida si dejamos a Dios fuera de ella? Ninguna de estas cosas tendría sentido ni propósito, si falta el elemento básico y esencial que es Dios. El hombre no es nada ni nadie sin Dios. El rechazar sistemáticamente a Dios, hace que totalmente nos abandone, que nos quedemos huecos, vacíos, la vida entonces se vuelve vana e insípida.

Amemos a Dios, amemos su presencia, anhelemos su amistad, compañerismo y comunión. Esto es lo que debe ser el todo del hombre. Ya lo expresó el hombre más sabio que ha habido en esta tierra, exceptuando claro al Señor Jesucristo. Y lo dice como una conclusión final después de que él mismo argumenta que se ha dado a la tarea de estudiar los misterios y secretos de la vida. El concluyó que:

“El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es EL TODO del hombre” (Eclesiastés 12:13)

“Gracia y Paz”
Palabra Miel

LA GRACIA DE DIOS ESTÁ DISPONIBLE PARA TODOS



Efesios 2:1-10
“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”

En el invierno del año 2000 hubo una tormenta de hielo que golpeó el sureste de los Estados Unidos y dejó sin energía eléctrica muchas áreas en esa parte del país. Debido a las peligrosas condiciones de las carreteras, la mayoría de las personas se quedaron en casa ese domingo por la mañana. Habían escuchado las predicciones de la tormenta e hicieron preparativos para quedarse con sus familias. La mayoría de los negocios cerraron. Muchas iglesias cancelaron sus reuniones. Pero una Iglesia Bautista del Sur, decidió a último momento seguir adelante con el servicio dominical. Con unas pocas velas, una escasa congregación cantó himnos a capela.

El pastor, inspirado por el Espíritu Santo, predicó acerca del sacrificio de Cristo en la cruz del Calvario con voz más fuerte de lo normal. Al final del breve culto, cuando hizo la invitación, lo que pudo haber sido algo rutinario se convirtió en un poderoso testimonio sobre la gracia de Dios. Del último banco se pararon dos hombres vagabundos, que habían entrado al templo en busca de un poco de calor. Caminaron lentamente hasta el frente donde, llorando, entregaron sus vidas a Cristo. Allí declararon que durante muchos años habían estado sometidos al alcohol, a las drogas y a la pobreza, viviendo en la calle y durmiendo en cajas de cartón. A partir de ese momento la vida de ambos empezó a cambiar. Después se hicieron miembros de la iglesia y allí sirvieron al Señor en diferentes ministerios.

Aquí se manifestó de una manera preciosa la “Gracia de Dios”. “Gracia” es el regalo inmerecido de Dios a favor nuestro por medio de Jesucristo, quien murió en la cruz por nuestros pecados. Debido al pecado original en el huerto del Edén, todos los seres humanos hemos sido declarados pecadores y por lo tanto “destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). El pasaje de hoy dice que todos estábamos “muertos en nuestros pecados”, por lo tanto no era posible que pudiéramos hacer algo para ganar la salvación de nuestras almas. Romanos 3:24 afirma que todos los que creen en él, son “justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” ¡Qué precioso regalo! ¡Salvación y vida eterna!

Esta es la gracia de Dios, la cual está disponible para todas las personas. Así dice Tito 2:11: “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres”. Para recibir este regalo, sólo es necesario creer de corazón “que Jesús es el Señor, y que Dios le levantó de los muertos”, dice Romanos 10:9-10. Y Juan 3:16 declara que “de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.

Si no has aceptado a Jesucristo como tu salvador personal, ahora mismo ríndete a los pies de Cristo confesando tus pecados y pidiendo al Señor que entre en tu vida y tome control de ella. Si ya lo has hecho, entonces eleva al cielo una alabanza de gratitud a nuestro amante Dios por su preciosa y sublime gracia.

ORACIÓN:
Padre del cielo, cuan grande y maravillosa es tu gracia. ¡Qué difícil de entender, pero que real y efectiva es! Gracias por el regalo de la vida eterna a través de Jesucristo. Te alabo con todo mi corazón. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

EL DÍA DEL TRABAJO



Génesis 3:17, 19
“Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra… Con dolor comerás de ella todos los días de tu vida”.

Eclesiastés 9:10
“Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas”.

El origen del día del trabajo se remonta al 1º de mayo del año 1886, fecha en la cual más de 400.000 trabajadores se sublevaron en Chicago para conseguir la jornada laboral de ocho horas. Ese día pasó a ser el símbolo de las reivindicaciones de los trabajadores. En Francia, desde 1947, ese día no se trabaja pero es remunerado, como en muchos otros países.

El creyente no debería olvidar el origen del esfuerzo ligado al trabajo. Dios había colocado al hombre en el huerto de Edén “para que lo labrara y lo guardase” sin esfuerzo (Génesis 2:15). Sólo después de la desobediencia de nuestros primeros padres el trabajo se volvió duro, y el suelo empezó a ser estéril para todas las generaciones que siguieron (Génesis 3:17-19). ¡Cuántos suspiros y sudor debidos al trabajo, a los que se agregaron los sufrimientos causados por el espíritu de dominio y egoísmo del hombre, hasta el punto de reducir a sus semejantes a la esclavitud!

El creyente trata de trabajar sosegadamente para suplir sus necesidades y las de su familia, y para ayudar a los más pobres (2 Tesalonicenses 3:12-13; Hechos 20:35), sin ociosidad ni pereza (Romanos 12:11). Trabaja concienzuda y honestamente, no “como los que quieren agradar a los hombres, sino… de corazón haciendo la voluntad de Dios; sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres” (Efesios 6:6-7).

Feliz día del Trabajo a Todos…


“Gracia y Paz”
La Buena Semilla