Hebreos 1:6
“Y otra vez, cuando introduce al
Primogénito en la tierra, dice: Y adórenle todos los ángeles de Dios”.
No debemos adorar a los hombres,
ni a los santos, ni a los ángeles, sino a Jesús solamente. En Apocalipsis
19:10, Juan estaba impactado e impresionado de un ángel, y se inclinó para
adorarle. “Y yo me eché a sus pies para adorarle. Y Él me dijo: Mira que no lo
hagas: yo soy siervo contigo, y con tus hermanos que tienen el testimonio de
Jesús: adora a Dios”. Jesús es “el Cordero de Dios, que quita el pecado del
mundo” (Juan 1:29).
“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día