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jueves, 8 de noviembre de 2012

LA CRUZ: LA VICTORIA DEL CREYENTE

 

1 Corintios 1:18
“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios”.

Desde una perspectiva terrenal, la muerte de Cristo fue su derrota. Después de todo, morir en una cruz no parece ser el camino a la victoria. ¡Pero lo fue! Y todo lo hizo por nosotros. Porque Jesús venció a la muerte, nosotros podemos tener la victoria. Basta con contemplar lo que Él ganó para nosotros con su sacrificio en la cruz.

Nuestra salvación eterna. La cruz fue el medio de nuestra salvación. Sin ella, no tendríamos ninguna esperanza del cielo. Si Cristo no hubiera muerto en nuestro lugar, tendríamos que venir delante de Dios y recibir el castigo justo por todos los pecados que hemos cometido.

Poder sobre el pecado. Jesús no solo pagó el castigo por nuestros pecados; también nos dio la victoria sobre él. Cuando fue crucificado, nuestra vieja naturaleza pecaminosa murió con Él (Romanos 6:6). El poder de la "carne" fue destruido, y Jesús vive ahora su vida victoriosa a través de nosotros. Eso significa que ya no somos esclavos del pecado, y que podemos elegir la obediencia a Dios.

La derrota de Satanás. En la crucifixión, la lista de los decretos que había contra nosotros fue clavada en la cruz, y el diablo perdió su poder sobre nuestras vidas (Colosenses 2:13-15). Ninguna de sus acusaciones se mantiene, porque Dios no tiene ya nada en contra de nosotros. Y ahora, cada vez que nos rendimos al Espíritu Santo que mora en nosotros, Satanás es derrotado otra vez.

Cristo suplió todas nuestras necesidades en la cruz. Al hacernos parte de su familia, nos dio un sentido de pertenencia. Cuando Él murió en nuestro lugar, confirmó nuestro valor. Y al venir a vivir su vida a través de cada creyente, nos da la capacidad de tener una vida de victoria y obediencia.

(Leer: 1 Corintios 1:17-31)

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

LA AUTORIDAD ORDENADA DE DIOS



1 Samuel 15:22-23
Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.

El plan de Dios para cada uno de nosotros es que tengamos lo que es mejor para nosotros. Su designio nos lleva a plenitud de vida. Pero no nos creó para que fuéramos unos robots sin vida y sin entendimiento. El Señor nos permite elegir si vamos a obedecerle o no. Nuestra naturaleza humana tiende a elegir un rumbo egocéntrico que se aparta de la autoridad de Dios. Pero al hacerlo nos perdemos de lo mejor que Él tiene para nosotros.

Pensemos en la vida del rey Saúl. Dios escogió a este hombre para que fuera rey, y le dio órdenes. Aunque Saúl conocía las instrucciones del Señor, decidió hacer las cosas a su manera. A veces, su pecado era indudablemente deliberado, tal como su intento de asesinar a David por celos. Otras veces, sin embargo, su rebelión parecía menos clara. Por ejemplo, a pesar de la orden que Dios le dio de destruir por completo a los amalecitas y a sus animales, Saúl dejó con vida lo mejor del rebaño, con la justificación de que eran para “ofrecer sacrificios a Jehová” (1 Samuel 15:3, 21).

Su desobediencia le costó el trono y, al final, lo llevó a la destrucción. Este hombre eligió el camino que satisfacía sus deseos carnales del momento, pero como sabemos por su historia, el resultado final no fue nada agradable. Nosotros podemos aprender de los errores de Saúl. La obediencia a medias es pecado.

Cada día enfrentamos los mismos tipos de decisiones. Aunque los detalles sean diferentes, tanto las tentaciones grandes como las pequeñas nos atraen. Podemos vivir de acuerdo con la voluntad de Jesucristo, obedeciendo su dirección, o negarnos a hacerlo. Decida hoy vivir como Dios manda.

(Lea: 1 Samuel 15:1-23)


“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

ALCANZANDO EL FAVOR DE DIOS



Proverbios 12:2
El bueno alcanzará favor de Jehová: Mas él condenará al hombre de malos pensamientos.

Alcanzar el favor de Dios: ¿Qué bendición podría ser mas grande? Es el cielo, empezado aquí en la tierra, y que se cumplirá en el cielo cuando oigamos la voz del Señor decirnos, “Bien, buen siervo y fiel; entra en el gozo de tu Señor” Mateo 25:21.

El contraste es andar, vivir, y moverse bajo la sombra de la ira de Dios; maldito cuando entras, maldito cuando sales, maldito cuando te levantas, y maldito cuando te acuestas. Tal individuo anda bajo una nube oscura, y tormentosa, y amenazadora de la ira de Dios, que de un momento a otro puede romperse e inundar a los pecadores con el juicio divino. Así pasa el perdido por esta vida, sin saber lo que le espera en la vida venidera cuándo tengan que pararse delante  de Dios y escuchar las palabras, “Nunca os conocí; apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y para sus ángeles” Mateo 25:41. Pero gracias a Dios, todavía hay tiempo para que te salves y obtengas el favor de Dios. Arrodíllate delante de Cristo el Salvador y recíbelo en tu corazón con arrepentimiento y fe. ¿Cuándo lo harás? ¿Un día más? ¿Un año más? ¿Veinte años? ¿Nunca?

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día