1 Timoteo 4:1
"Pero el Espíritu dice claramente
que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a
espíritus engañadores y a doctrinas de demonios".
Nunca antes, en la historia
humana, esta amonestación bíblica contra los peligros del ocultismo cobró mayor
actualidad, y fue más necesaria como en estos postreros tiempos en que estamos
viviendo.
Multitud de personas y aun
creyentes en el Evangelio, se encuentran sufriendo opresión: física, mental,
síquica y espiritual. Muy pocos se dan cuenta de su situación, que es, porque
se han relacionado y se han envuelto en el laberinto del ocultismo, el cual
está bajo la influencia y control del poder de las tinieblas.
Si usted ha estado envuelto en
prácticas de ocultismo debe saber que ha abierto la puerta a los poderes de
tinieblas, de opresión y esclavitud. Es con mucha razón que la Santa Biblia , el
libro de Dios para el hombre, condena firmemente tales prácticas.
¿Se ha prestado usted para que le
lean la buena ventura (suerte)?, ¿ha ido para que le lean la palma de la mano,
o para que le adivinen su futuro con las cartas, o las barajas, o con bolas de
cristal o de otro modo?
¿Practica usted la telepatía, la
cábala, el horóscopo, la astrología, la clarividencia, el vudú o cosas
similares?, ¿ha consultado a algún médium, ha asistido a alguna reunión
espírita, o ha tratado de comunicarse con los espíritus de los muertos o los
llamados buenos espíritus?, ¿ha asistido a alguna sesión para hacer temblar la
mesa, o hacer flotar los objetos, o para ser hipnotizado, o para hipnotizar?
Estando enfermo ¿ha seguido
tratamientos curativos de magia, encantamiento, espiritismo, trance, etc.?
¿Lee diariamente su horóscopo en
la prensa diaria?, ¿se guía por la astrología?, ¿lee libros y literaturas de
ocultismo, reencarnación, sueños, magia negra?
¿Sigue y practica enseñanzas, que
pretenden tener apoyo en la
Biblia pero, que son un ejercicio del llamado poder de la
mente humana que tanto se presta para la intervención de los poderes de las
tinieblas, ya que son un rechazo tácito al poder de Dios?
¿Sabe usted que todas las
practicas de ocultismo, en todas sus fases y modalidades son condenadas por la Santa Palabra de
Dios, porque son una abominación a Dios y una maldición al hombre?, ¿sabe que
en todas esas prácticas de ocultismo está bregando con los poderes demoniacos e
infernales, y que por consiguiente es para su propia ruina, miseria y
destrucción?
Puede que usted actualmente este
padeciendo alguna triste situación o problema físico, mental, moral, síquico,
espiritual, conyugal; que tuvo su origen en alguna practica de ocultismo
realizada por usted en el pasado.
Leamos lo que Dios dice en la Biblia con relación al
ocultismo, en sus variadas practicas y modalidades, y citamos: “No sea hallado
en ti quien haga pasar a su hijo por el fuego, ni quien practique adivinación,
ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni
quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera
que hace estas cosas” (Deuteronomio18:10-12). “No os volváis a los
encantadores, ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos.
Yo Jehová vuestro Dios” (Levítico 19:31).
Amigos míos, existen solamente
dos fuentes de información y conocimientos para el hombre: Dios o el diablo.
Uno puede allegarse a Dios en el
nombre de JESUCRISTO, nuestro Redentor y Abogado; y recibir ayuda, orientación,
conocimiento, dirección, salud, salvación y toda clase de bendición.
La única otra alternativa es el
OCULTISMO. Y detrás de la puerta del ocultismo hay alguien oculto, Satanás, con
sus poderes infernales y de tinieblas, los cuales disfraza y presenta de muchas
maneras: unas grotescas y otras refinadas; pero todas son una abominación o
insulto a Dios, una maldición y desgracia al hombre, y una trampa y delicia de
Satanás.
Satanás es llamado “el dios de
este siglo” (2 Corintios 4:4). El mandamiento divino dice: “No tendrás dioses
ajenos delante de mí” (Éxodo 20:3).
El dios de este siglo, Satanás,
acomoda a sus víctimas dándoles conocimiento oculto, riquezas, placeres,
posiciones, etc. Pero después les cobra demasiado caro, fatal y eternamente
caro en los tormentos del infierno, y del lago de fuego y azufre, preparado
para el diablo, y sus ángeles, y sus seguidores y sus víctimas.
El rey Saúl consultó a un médium,
a la pitonisa de Endor, y dice la
Biblia : “Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó sobre
ella… Así murió Saúl en aquel día, juntamente con sus tres hijos, y su
escudero, y todos su varones” (1 Samuel 31:4-6). “Así murió Saúl por su
rebelión con que prevaricó contra Jehová, contra la Palabra de Jehová, la cual
no guardó, y porque consultó a una adivina, y no consultó a Jehová; por esta
causa lo mató, y traspasó el reino a David hijo de Isaí” (1 Crónicas 10:13,
14).
Toda persona que se envuelve en
las prácticas del ocultismo le abre la puerta y la oportunidad a los poderes
infernales, y a las actividades demoníacas en su vida. Por esto unos viven
deprimidos, ansiosos, desesperados, indiferentes, irresponsables, nerviosos,
intranquilos, miedosos, asustados alocados, locos, endemoniados, furiosos, con
complejos de grandeza, alucinados, belicosos, iracundos, soberbios,
alcohólicos, fumadores, drogadictos; pervertidos sexualmente, practicando la
fornicación, el adulterio, el amor libre, la sodomía, el lesbianismo, la promiscuidad,
el nudismo; haraposos, hediondos, sucios, desgreñados; rebeldes contra la autoridad,
y blasfemos contra Dios; hablando solos, con ojos vidriosos, semblante hosco y
perverso; con padecimientos físicos crónicos y hasta desconocidos, que la
ciencia nada puede hacer; con problemas maritales, familiares, pleitos,
discordia, rencillas, violencias, crimen, suicidio.
Y para usar el texto bíblico, con
relación al poder de los demonios sobre aquellos que se someten, citamos a San
Pablo en 2 Timoteo 3:1-5, como sigue: “También debes saber esto: que en los
postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí
mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios blasfemos, desobedientes a los padres,
ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores,
intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos,
infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de
piedad”.
Y sobre el mismo tema, vuelve a
escribir San Pablo a los romanos: “Pues habiendo conocido a Dios, no le
glorificaron como Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus
razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se
hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de
imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo
cual también Dios los entregó (los dejó a la merced de los demonios) a la
inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron
entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira
(cambiaron a Dios por el diablo), honrando y dando culto a las criaturas antes
que al Creador… Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus
mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza (lesbianismo),
y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se
encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos
hombres con hombres (sodomía), y recibiendo en sí mismos la retribución debida
a su extravió… atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad,
avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y
malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos,
soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios,
desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo
entendidos el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de
muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las
practican” (Romanos 1:21-32).
Esa es la horrenda cosecha y las
degradantes consecuencias de las practicas del ocultismo, y usted no puede
librase a sí mismo porque se ha vendido, es esclavo, no puede librarse real y
permanentemente de un hechizo con otro hechizo.
Todos los que deseen ser
librados, sean inconversos o sean convertidos, del ocultismo y de esos
espíritus engañadores les decimos que hay un solo camino de escape, hay una
sola vía de liberación, y ese es nuestro Señor Jesucristo.
Nuestro Señor Jesucristo dijo:
“El Espíritu del Señor es sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas
nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a
pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a
los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor” (Lucas 4:18, 19). “Y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).
Nuestro Señor Jesucristo es
nuestro gran libertador, el conquistador de nuestra libertad, el invencible, el
fuerte en batalla, que marcha en la grandeza de su poder (Isaías 63:1). “Cómo
Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo
haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios
estaba con él” (Hechos 10:38). “Y despojando a los principados y a las
potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”
(Colosenses 2:15).
Si amados, nuestro Señor
Jesucristo es la luz que nos liberta de las tinieblas del ocultismo en todas
sus ramas. Dios “nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado
al reino de su amado Hijo” (Colosenses 1:13). Para recibir esta gran liberación,
para romper esas terribles cadenas, para soltar esas fuertes ataduras, para
vencer esas fuerzas demoníacas; es necesario, es indispensable aceptar a
Jesucristo como Salvador y Libertador.
Si usted desea realmente ser
libre del poder de Satanás, del poder del pecado, del poder de los vicios, de
toda creencia y practica que es abominable a Dios; entonces, arrepiéntase de
todo eso, acepte al Señor Jesucristo como su Señor y Salvador; y Dios le
libertará, le perdonará, le dará gozo y paz. Dios le bendiga.
“Gracia y Paz”
Impacto Evangelístico