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sábado, 8 de septiembre de 2012

CAUTIVERIO Y LIBERACIÓN DEL OCULTISMO


1 Timoteo 4:1
"Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios".

Nunca antes, en la historia humana, esta amonestación bíblica contra los peligros del ocultismo cobró mayor actualidad, y fue más necesaria como en estos postreros tiempos en que estamos viviendo.

Multitud de personas y aun creyentes en el Evangelio, se encuentran sufriendo opresión: física, mental, síquica y espiritual. Muy pocos se dan cuenta de su situación, que es, porque se han relacionado y se han envuelto en el laberinto del ocultismo, el cual está bajo la influencia y control del poder de las tinieblas.

Si usted ha estado envuelto en prácticas de ocultismo debe saber que ha abierto la puerta a los poderes de tinieblas, de opresión y esclavitud. Es con mucha razón que la Santa Biblia, el libro de Dios para el hombre, condena firmemente tales prácticas.

¿Se ha prestado usted para que le lean la buena ventura (suerte)?, ¿ha ido para que le lean la palma de la mano, o para que le adivinen su futuro con las cartas, o las barajas, o con bolas de cristal o de otro modo?

¿Practica usted la telepatía, la cábala, el horóscopo, la astrología, la clarividencia, el vudú o cosas similares?, ¿ha consultado a algún médium, ha asistido a alguna reunión espírita, o ha tratado de comunicarse con los espíritus de los muertos o los llamados buenos espíritus?, ¿ha asistido a alguna sesión para hacer temblar la mesa, o hacer flotar los objetos, o para ser hipnotizado, o para hipnotizar?

Estando enfermo ¿ha seguido tratamientos curativos de magia, encantamiento, espiritismo, trance, etc.?

¿Lee diariamente su horóscopo en la prensa diaria?, ¿se guía por la astrología?, ¿lee libros y literaturas de ocultismo, reencarnación, sueños, magia negra?

¿Sigue y practica enseñanzas, que pretenden tener apoyo en la Biblia pero, que son un ejercicio del llamado poder de la mente humana que tanto se presta para la intervención de los poderes de las tinieblas, ya que son un rechazo tácito al poder de Dios?

¿Sabe usted que todas las practicas de ocultismo, en todas sus fases y modalidades son condenadas por la Santa Palabra de Dios, porque son una abominación a Dios y una maldición al hombre?, ¿sabe que en todas esas prácticas de ocultismo está bregando con los poderes demoniacos e infernales, y que por consiguiente es para su propia ruina, miseria y destrucción?

Puede que usted actualmente este padeciendo alguna triste situación o problema físico, mental, moral, síquico, espiritual, conyugal; que tuvo su origen en alguna practica de ocultismo realizada por usted en el pasado.

Leamos lo que Dios dice en la Biblia con relación al ocultismo, en sus variadas practicas y modalidades, y citamos: “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas” (Deuteronomio18:10-12). “No os volváis a los encantadores, ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Jehová vuestro Dios” (Levítico 19:31).

Amigos míos, existen solamente dos fuentes de información y conocimientos para el hombre: Dios o el diablo.

Uno puede allegarse a Dios en el nombre de JESUCRISTO, nuestro Redentor y Abogado; y recibir ayuda, orientación, conocimiento, dirección, salud, salvación y toda clase de bendición.

La única otra alternativa es el OCULTISMO. Y detrás de la puerta del ocultismo hay alguien oculto, Satanás, con sus poderes infernales y de tinieblas, los cuales disfraza y presenta de muchas maneras: unas grotescas y otras refinadas; pero todas son una abominación o insulto a Dios, una maldición y desgracia al hombre, y una trampa y delicia de Satanás.

Satanás es llamado “el dios de este siglo” (2 Corintios 4:4). El mandamiento divino dice: “No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Éxodo 20:3).

El dios de este siglo, Satanás, acomoda a sus víctimas dándoles conocimiento oculto, riquezas, placeres, posiciones, etc. Pero después les cobra demasiado caro, fatal y eternamente caro en los tormentos del infierno, y del lago de fuego y azufre, preparado para el diablo, y sus ángeles, y sus seguidores y sus víctimas.

El rey Saúl consultó a un médium, a la pitonisa de Endor, y dice la Biblia: “Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó sobre ella… Así murió Saúl en aquel día, juntamente con sus tres hijos, y su escudero, y todos su varones” (1 Samuel 31:4-6). “Así murió Saúl por su rebelión con que prevaricó contra Jehová, contra la Palabra de Jehová, la cual no guardó, y porque consultó a una adivina, y no consultó a Jehová; por esta causa lo mató, y traspasó el reino a David hijo de Isaí” (1 Crónicas 10:13, 14).

Toda persona que se envuelve en las prácticas del ocultismo le abre la puerta y la oportunidad a los poderes infernales, y a las actividades demoníacas en su vida. Por esto unos viven deprimidos, ansiosos, desesperados, indiferentes, irresponsables, nerviosos, intranquilos, miedosos, asustados alocados, locos, endemoniados, furiosos, con complejos de grandeza, alucinados, belicosos, iracundos, soberbios, alcohólicos, fumadores, drogadictos; pervertidos sexualmente, practicando la fornicación, el adulterio, el amor libre, la sodomía, el lesbianismo, la promiscuidad, el nudismo; haraposos, hediondos, sucios, desgreñados; rebeldes contra la autoridad, y blasfemos contra Dios; hablando solos, con ojos vidriosos, semblante hosco y perverso; con padecimientos físicos crónicos y hasta desconocidos, que la ciencia nada puede hacer; con problemas maritales, familiares, pleitos, discordia, rencillas, violencias, crimen, suicidio.

Y para usar el texto bíblico, con relación al poder de los demonios sobre aquellos que se someten, citamos a San Pablo en 2 Timoteo 3:1-5, como sigue: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad”.

Y sobre el mismo tema, vuelve a escribir San Pablo a los romanos: “Pues ha­biendo conocido a Dios, no le glorificaron como Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó (los dejó a la merced de los demonios) a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira (cambiaron a Dios por el diablo), honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador… Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza (lesbianismo), y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres (sodomía), y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravió… atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendidos el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican” (Romanos 1:21-32).

Esa es la horrenda cosecha y las degradantes consecuencias de las practicas del ocultismo, y usted no puede librase a sí mismo porque se ha vendido, es esclavo, no puede librarse real y permanentemente de un hechizo con otro hechizo.

Todos los que deseen ser librados, sean inconversos o sean convertidos, del ocultismo y de esos espíritus engañadores les decimos que hay un solo camino de escape, hay una sola vía de liberación, y ese es nuestro Señor Jesucristo.

Nuestro Señor Jesucristo dijo: “El Espíritu del Señor es sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor” (Lucas 4:18, 19). “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).

Nuestro Señor Jesucristo es nuestro gran libertador, el conquistador de nuestra libertad, el invencible, el fuerte en batalla, que marcha en la grandeza de su poder (Isaías 63:1). “Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” (Hechos 10:38). “Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz” (Colosenses 2:15).

Si amados, nuestro Señor Jesucristo es la luz que nos liberta de las tinieblas del ocultismo en todas sus ramas. Dios “nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo” (Colosenses 1:13). Para recibir esta gran liberación, para romper esas terribles cadenas, para soltar esas fuertes ataduras, para vencer esas fuerzas demoníacas; es necesario, es indispensable aceptar a Jesucristo como Salvador y Libertador.

Si usted desea realmente ser libre del poder de Satanás, del poder del pecado, del poder de los vicios, de toda creencia y practica que es abominable a Dios; entonces, arrepiéntase de todo eso, acepte al Señor Jesucristo como su Señor y Salvador; y Dios le libertará, le perdonará, le dará gozo y paz. Dios le bendiga.

“Gracia y Paz”
Impacto Evangelístico

UN LLAMADO AL COMPROMISO


Lea: Éxodo 3:1-15

¿Cómo responde usted cuando Dios le dice que haga algo que parece estar más allá de sus capacidades? ¿Está lleno de excusas, dándole razones por las que escogió a la persona equivocada? Fue así exactamente como respondió Moisés. Cuando el Señor le dio la gigantesca tarea de conducir a los israelitas a la libertad, estaba llamando a Moisés a un nivel de compromiso considerablemente más alto. Si esperamos dar un paso de obediencia a los retos que nos hace nuestro Dios, debemos hacer las mismas preguntas que hizo Moisés.

¿Quién es Dios? Esta respuesta es importante porque revela la autoridad de Aquel que nos está diciendo qué debemos hacer. Los dos nombres que el Señor utilizó –el Dios de Abraham, Isaac y Jacob (v. 6) y “YO SOY EL QUE SOY” (v. 14), lo identificaron como el eterno y soberano Creador con existencia propia, que cumple sus promesas. Esto significa que no hay ninguna autoridad superior, y que Él tiene todo el derecho de exigir nuestra obediencia.

¿Quién soy yo? Cuando Moisés preguntó si él era el hombre adecuado para la tarea, el Señor le dio una promesa: “Ve, porque yo estaré contigo” (v. 12). El hombre fue capaz de cumplir con la tarea solo porque Dios quiso establecer una relación con él. La fuente de competencia del cristiano es su relación con Cristo, y la presencia de su Espíritu Santo que mora en nosotros.

Cuando Dios le dé una tarea a realizar, recuerde que si usted se niega a obedecer, perderá la bendición que Él ha planeado para su vida. Piense solo en lo que Moisés habría perdido si hubiera dicho que no. Hay demasiado en juego. ¡Confíe en Dios, y siga adelante!

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

¿QUÉ HACES CON TU LIBERTAD?


Romanos 8:1-2
"Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte".

A todo ser humano le encanta la libertad. Pero la libertad es peligrosa en manos de los que no saben usarla. Por eso a los criminales se les encierra tras alambres de púas, barras de acero o muros de concreto. Lamentablemente hemos visto en muchas ocasiones que algunos de ellos han salido en libertad, y entonces han cometido crímenes aún mayores que los anteriores, y han tenido que regresar a la prisión. Estos no saben disfrutar de la libertad de la manera correcta, sino que actúan de tal manera que pierden sus beneficios, y vuelven otra vez a sufrir las consecuencias negativas de sus acciones.

En la vida espiritual sucede algo similar. El pasaje de hoy dice que aquellos que han aceptado a Jesucristo como su Salvador son libres de toda condenación y de la ley del pecado y de la muerte. Sin embargo, el apóstol Pablo, conociendo el peligro de usar esa independencia incorrectamente, en su carta a los gálatas los exhorta a que estén firmes en su libertad. En Gálatas 5:1 escribe: "Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud". Por medio del milagro de la resurrección, el temor, la ansiedad y la culpa han sido sustituidas por la fe, la paz, y el perdón. Esta es la libertad que recibimos a cambio del sacrificio de Cristo en la cruz del Calvario. ¿Qué libertad puede ser más profunda que la libertad del alma?

Ahora bien, tenemos que entender que Dios nos ha dado la libertad para que la usemos conforme a sus enseñanzas y estatutos, de manera que él pueda llevar a cabo sus planes en nuestras vidas. Si nos desviamos de sus caminos, y nos dedicamos a practicar el pecado usando como pretexto esta libertad, no vamos a recibir las bendiciones que el Señor tiene preparadas para nosotros, y sufriremos las consecuencias de nuestra desobediencia. Pablo se refiere a este punto en su carta a los Romanos cuando escribe: “¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?” (Romanos 6:15-16).

Ciertamente somos esclavos de aquello que obedecemos. La diferencia estriba en que la obediencia al pecado trae miseria y desgracia a la persona que lo practica, a su familia y a aquellos que están a su alrededor, mientras que la obediencia a la palabra de Dios trae paz, gozo y victoria. El salmista escribió en el Salmo 119:44-45: “Guardaré tu ley siempre, para siempre y eternamente. Y andaré en libertad, porque busqué tus mandamientos”. Esta es la verdadera libertad. Hemos sido llamados por Dios para ser libres, pero debemos usar siempre nuestra libertad para edificar, no para derribar; para glorificar el nombre de Dios, no para deshonrarlo. No para odiar, sino para perdonar y servir con amor a los demás. Así dice Gálatas 5:13: “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros”.

Un fuego extendiéndose por un bosque en medio de una gran sequía requiere ser controlado. Si se deja en libertad de continuar su rumbo se convertirá en un infierno abrasador. Al igual que un fuego incontenible, la libertad sin límites es peligrosa. Pero cuando se controla, es una bendición para todos. El mejor control que podemos tener sobre nuestras vidas es el control del Espíritu Santo y de la palabra de Dios, que es la espada del Espíritu. Sometámonos a este control de todo corazón, y disfrutaremos de las maravillas de la libertad de Dios.

Aférrate a esta enseñanza de todo corazón, pide al Señor que te de sabiduría para disfrutar plenamente de la libertad que él te ha dado, y úsala para la gloria y la honra de su nombre.

ORACIÓN:
Amante Padre celestial. Te doy gracias por la libertad que me has dado a través de Cristo Jesús. Te ruego que me ayudes a ser obediente a tu palabra y someterme al control de tu Santo Espíritu para disfrutar al máximo de tus bendiciones. En el nombre de Jesús. Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

PIES RESISTENTES


Habacuc 3:19
“Porque el Señor me da fuerzas; da a mis piernas la ligereza del ciervo y me lleva a alturas donde estaré a salvo”

¿No te parece que a veces estas caminatas son un poco duras? Nuestros pies se hinchan, nos duelen los músculos y cuesta un poco subir las montañas. Cómo me gustaría poder subirlas fácilmente como lo hacen los ciervos mulo. Si estás en el momento y lugar adecuados en las montañas rocosas del oeste de Estados Unidos y Canadá, podrás ver unos ciervos muy grandes llamados ciervos mulo. Los ciervos mulo pueden trepar casi corriendo montañas que son muy difíciles de subir para los seres humanos. Ellos pueden hacerlo fácilmente porque Dios los creó con un tipo de pezuñas especiales que son flexibles pero resistentes al mismo tiempo.

Dios también puede hacer que tú seas flexible pero resistente a la vez. A veces nos ocurren cosas en la vida que son tan difíciles como subir una montaña, pero Dios puede fortalecernos y darnos «pies resistentes» como las pezuñas del ciervo mulo. Él te ayudará a esforzarte sin que te des por vencido y a subir las montañas más difíciles que se atraviesen en tu vida. Él te mantendrá fuerte en tu camino hacia el cielo.

“Gracia Y Paz”
Meditaciones Vespertinas

CONSIDERAR LAS NUBES


Job 37:16
“¿Has conocido tú las diferencias de las nubes, Las maravillas del Perfecto en sabiduría?”

Un día, hace muchos años, estaba con mis hijos tumbado en el jardín mirando las nubes que pasaban. «Papá —preguntó uno de ellos—, ¿por qué flotan las nubes?» «Bueno, hijo», empecé a decir, intentando ayudarlo con mi vasto conocimiento, pero, después, me quedé en silencio. «No lo sé —admití—, pero lo voy a averiguar y te digo».

Descubrí que la respuesta es que la humedad concentrada desciende por efecto de la gravedad y choca contra temperaturas más cálidas que suben de la tierra. Esa humedad se convierte en vapor y asciende en el aire. Esta es la explicación natural del fenómeno.

Pero las explicaciones naturales no son la respuesta final. Las nubes flotan porque Dios, en su sabiduría, ordenó de tal manera las leyes de la naturaleza para que revelen «las maravillas del Perfecto en sabiduría» (Job 37:16). Entonces, las nubes pueden considerarse un símbolo: una manifestación externa y visible de la bondad y la gracia de Dios en la creación.

Así que, algún día, cuando dediques un tiempo para ver qué formas puedes descubrir en las nubes, recuerda esto: Aquel que hizo hermosas todas las cosas también hace que las nubes floten en el aire, y lo hace para invitarnos a maravillarnos y a adorarlo. Los cielos, incluso los cúmulos, los estratos y los cirros, declaran la gloria de Dios.

La creación está llena de señales que apuntan hacia el Creador.

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LEA: Job 37:1-16
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Biblia en un año: Ezequiel 12–14
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“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario

DECIR SÍ A DIOS


Mateo 7:24-25.
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca”.

Dios le invita a entrar en su reino, pero su respuesta debe ser espontánea, libre de presiones, de otra manera no se manifestaría un verdadero amor. Por eso le dio ese maravilloso regalo, es decir, la libertad. Dios también colocó en su corazón el sentimiento de su existencia. Quizá no lo sienta de una forma clara, pero puede discernir sus indicios: ¿No hay en usted como una especie de sed de belleza y de encontrar un ideal? ¿No tiene el profundo deseo de ser conocido y comprendido, de ser amado y de amar, de recibir y de dar sin medida?

Pero Dios hace más que darle signos, pues se revela por medio de su Palabra, la Biblia; ella le dice que Dios es amor. “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él” (1 Juan 4:9). ¡Usted tiene la responsabilidad de responder a la invitación de Dios, de decirle sí!

Ese sí a Dios quizá le parezca como un abandono de sí mismo, como un salto al vacío, pero Dios, quien lo ama, es digno de toda su confianza. Decir sí a Dios es entregar toda su vida, incluso si no puede demostrarlo todo. En él encontrará la respuesta a las aspiraciones más profundas de amor, paz y alegría. El reino de Dios es “justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (Romanos 14:17).

“Gracia y Paz”
La Buena Semilla

SI DIOS ES POR NOSOTROS, ¿QUIEN CONTRA NOSOTROS?


Proverbios 16:7
“Cuando los caminos del hombre son agradables á Jehová, Aun á sus enemigos pacificará con él”.

Esto quiere decir que cuando la senda y los modales de un hombre agradan a Dios, Dios le concede paz y tranquilidad aun con sus enemigos. ¡Que horrible estar en conflicto perpetuo, y siempre en riñas, y pleitos! ¡Y que bendición vivir en tranquilidad y paz con sus vecinos y otra gente.

Cuando un hombre obedece al Señor, honra a su hijo Jesús, y lleva una vida de rectitud y honestidad, Dios hace que aún sus enemigos estén en paz con él. “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” Romanos 8:31.

“Gracia y Paz”