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miércoles, 8 de agosto de 2012

LA PURIFICACIÓN DE NUESTRA FE


Hebreos 11:32-40
“¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros”.

Aunque a la mayoría de nosotros nos encantaría tener la heroica fe de los hombres y las mujeres mencionadas en Hebreos 11, pocos estamos dispuestos a pasar por el proceso que Dios utiliza para desarrollar esa clase de fe. Nos encanta leer sobre los grandes logros y victorias de quienes confiaron en el Señor, pero nos acobardamos por lo que dicen los versículos 36 al 38. Ninguno de nosotros quiere pasar por esas terribles situaciones, pero la adversidad es lo que Dios usa para purificar nuestra fe.

Imagine al Señor como un experto escultor de pie ante un bloque de mármol. ¡Ese bloque es usted! Imagine la obra de arte escondida dentro de la roca, y a Él quitando amorosa y cuidadosamente todo lo que no corresponde con la obra maestra que está creando.

Carácter: Éste es uno de los primeros aspectos de los que se ocupa el Señor. Su propósito es conformarnos a la imagen de su Hijo, y hay algunos rasgos y actitudes que deben ser quitados para que Dios haga su tarea. Su cincel deja al descubierto raíces de pecado y egoísmo.

Idolatría: Cuando algo o alguien se vuelve más importante para nosotros que el Señor, tenemos un ídolo en nuestras vidas. Para protegernos, Dios utiliza a veces la adversidad con el fin de quitarnos todo aquello en que hayamos confiado, para que nos aferremos a Él solamente.

A menos que usted entienda el propósito del Señor para su vida y crea de corazón que está trabajando para su bien, pensará que Él es cruel. Pero si, por el contrario, confía en el Señor y se rinde a su voluntad en medio de la adversidad, su fe será purificada y fortalecida mediante la aflicción.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

EL ESPÍRITU DE DIOS

2 Timoteo 1:7
“Porque no nos ha dado Dios el espíritu de temor, sino el de fortaleza, y de amor, y de templanza”.

El temor paraliza. Una persona que tiene miedo emprenderá muy poco, pero la Biblia dice que “Huye el impío sin que nadie lo persiga; pero el justo está confiado como el león” Proverbios 28:1. Esto se debe a que estamos en él, y “el amor perfecto echa fuera el temor” 1ª Juan 4:18.

Es fácil estar ansiosos cuando vemos los cambios que se están efectuando en nuestra sociedad, en nuestros valores, y en nuestro gobierno, etc., pero abrigados bajo las alas de aquel que nos amó, y se entregó por nosotros, enfrentamos estas cosas con serenidad y con fe, sabiendo que nuestro Padre Celestial se da cuenta de todo lo que está pasando, y que él conoce el principio y el fin de los sucesos, y que él dispone de todo según su santa voluntad. Nada le toma por sorpresa. Dios nos ha dado el espíritu de fortaleza, y de amor, y de una mente sana. Recuerda que, “Sabemos que á los que á Dios aman, todas las cosas les ayudan á bien, es á saber, á los que conforme a su propósito son llamados” Romanos 8:28.

El Cristiano que anda preocupado y nervioso necesita pasar tiempo en la presencia del Padre, porque “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor” 1ª Juan 4:18.

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día