El pasaje de hoy resume una
poderosa verdad en pocas palabras. Dios es el único que puede vencer la
imposibilidad y hacer que todo sea posible. Si nada es imposible para Dios, eso
significa que todo es posible para él. Nuestra mente no puede comprender la profundidad
de estas palabras, pues nosotros como seres limitados que somos estamos
rodeados de imposibilidades. Dios reside en un medio ambiente donde todo es
posible y para él lo “común y corriente” son los milagros.
A todo aquel que ha aceptado a
Jesucristo como salvador, a los que han creído en su nombre se les ha dado
“potestad de ser hechos hijos de Dios”, declara Juan 1:12. Esto quiere decir
que los cristianos, al ser hijos de Dios, somos recipientes de todas sus
promesas, y lo que antes era imposible para nosotros ahora es posible si
vivimos una vida que agrade a nuestro Padre celestial y acudimos a él por su
ayuda pidiendo con fe. Esto aseguró Jesús a sus discípulos en Mateo capítulo 17
después de liberar a un muchacho endemoniado, al cual ellos habían tratado
infructuosamente de sanar. Cuando los discípulos le preguntaron al Maestro:
“¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?”, él les contestó: “Por vuestra
poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de
mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será
imposible.” (Mateo 17:20).
Los que hemos creído, y confiamos
en el poder de Dios no caminamos solos en la vida afectados por nuestras
imposibilidades sino que el Señor va delante de nosotros cambiando la miseria
en abundancia, la enfermedad en sanidad, el odio en amor, la violencia en paz,
la desesperación en esperanza, la derrota en victoria. Él es el único que puede
cambiar tu lamento en baile (Salmo 30:11), ya sea llenando tu corazón de gozo y
paz en medio de las pruebas, o moviendo las circunstancias con el fin de
sacarte de esas pruebas. ¿Hay algo que necesitas urgentemente y no puedes
conseguirlo? Cree de todo corazón lo que la Biblia declara a través de David,
cuando dijo en el Salmo 23:1: “Jehová es mi pastor; nada me faltará.” Y clama a
Dios confiando que él te proveerá.
Ese problema que parece tan
imposible de resolver, ponlo en las manos de Dios en oración, y confía
plenamente en él. Dios es el mismo que hizo portentosos milagros para bendecir
al pueblo de Israel cuando se encontraban en grandes dificultades. El Dios
todopoderoso está presente hoy en tu problema y en tu necesidad y puede hacer
posible aquello que humanamente es imposible. Esta fue la experiencia de Moisés
y su pueblo frente al Mar Rojo y los ejércitos egipcios a sus espaldas. Fue la
experiencia de Daniel, indefenso y rodeado de leones hambrientos, y la de Pablo
y Silas presos y encadenados en un calabozo, y la de tantos otros que han
experimentado el poder de Dios logrando lo que no era posible. Nunca lo
olvides: Si es imposible para ti, ¡es posible para Dios!
¿Sientes que no hay solución para
tu problema? ¿Estás perdiendo la esperanza? ¿Te parece que eso es imposible?
Quizás desde el punto de vista humano sea imposible, pero si confías en Dios, y
esperas en él con fe, sucederá un milagro. No olvides que para el Señor es muy
fácil resolver tu problema. Dios declaró por medio del profeta Jeremías: “He
aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para
mí?” (Jeremías 32:27). El Dios de los milagros sigue vigente hoy y su brazo de
poder no se ha acortado. Sólo necesitas confiar en él. Busca su rostro en
oración día tras día, lee su palabra, medita en ella, ponla en práctica en tu
diario vivir, establece una íntima comunión con el Señor, y experimentarás como
sus promesas se convierten en una realidad en tu vida.
ORACION:
¡Te alabo, Señor, porque eres
Dios de lo imposible y deseas intervenir en mis circunstancias como lo hiciste
en el pasado con el pueblo de Israel! Ayúdame a confiar plenamente en tu amor y
en tu poder. En el nombre de Jesucristo, Amén.
“Gracia y Paz”
Dios Te Habla