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sábado, 16 de junio de 2012

EL PRIMER DIA DE LA SEMANA


"Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas… vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros". 
Juan 20:19.

El domingo, el primer día de la semana, es un día especial para cada hijo de Dios. El comienzo de la semana pertenece al Señor. En ese día recordamos sus sufrimientos y proclamamos su muerte mediante el partimiento del pan. Así, él nos da la oportunidad de darle las gracias por su amor, que lo indujo a ir hasta la muerte para salvarnos. También es el día en que tenemos tiempo para reunirnos con otros creyentes para escuchar la Palabra de Dios.

Ya en el Antiguo Testamento Dios había aludido a ese día especial, en relación con las fiestas anuales de los israelitas. En Levítico 23:11 se les ordena traer la primicia de su cosecha al sacerdote “el día siguiente del día de reposo”, es decir, el día después del sábado. Esa gavilla se refiere a la resurrección del Señor Jesús, quien muchos siglos después resucitó de entre los muertos el primer día de la semana, es decir, el día después del sábado.

La segunda alusión se halla en la fiesta de las semanas que se festejaba exactamente 50 días después del ofrecimiento de la primicia de la cosecha. Levítico 23:16 dice: “Hasta el día siguiente del séptimo día de reposo contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis el nuevo grano (a Dios)”.

La fiesta de las semanas corresponde a Pentecostés, cuando el Espíritu Santo vino a la tierra para morar en los creyentes (Hechos 2). Así la resurrección del Señor y la venida del Espíritu Santo se hallan en estrecha relación con el domingo, el día del Señor.

"Gracia y Paz"
La Buena Semilla

MARCAS EN EL CUERPO


Levítico 19:28
“Y no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis señal alguna. Yo Tu Dios”.

Los tatuajes tienen distinto significado dependiendo del sector del cuerpo, tamaño, forma y signo.

En la relatividad del mundo, buscando cosas nuevas y llamativas, muchas personas hacen tatuajes en sus cuerpos, buscando belleza, una identidad propia y la pertenencia. No hay edad ni temor a ser reprobados por la sociedad, una sociedad sin prejuicios.

Pero la Biblia es bien clara respecto de esto, ya que la Palabra prohíbe los tatuajes, ya que no acepta la desfiguración del cuerpo, ni tatuajes ni cortes. Un tatuaje que penetra varias capas de epidermis significa que pertenezco a lo cual tengo reverencia y adoración.

¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido departe de Dios? Ustedes no son sus propios dueños (1 Co. 6:19)  En el nombre de Jesús, amén y amén.

“Gracia y Paz”
Pan de Vida

UNA RESERVA DE AGUA VIVA


 Jeremías 17:7-8
"Bendito es el hombre que confía en el Señor, Cuya confianza es el Señor. Será como árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces junto a la corriente; no temerá cuando venga el calor, y sus hojas estarán verdes; en año de sequía no se angustiará ni cesará de dar fruto".

Considere al que confía en Dios en situaciones difíciles: "Bienaventurado el varón que confía en el Señor, y cuya confianza es Jehová" (v. 7).

Este cristiano es "plantado". Él tiene sus raíces, estabilidad, en un depósito de agua viva. Él siempre está "extendiéndose", fructífero y verde con una vida nueva. La Escritura dice: "Él no se inquieta en el año de sequía..." (v. 8). Cuando las cosas se ponen intensas y molestas, ¡no tiene miedo!

Esta persona dice: "Jesús, renuncio a buscar cualquier persona para sacarme de mi prueba. Tú eres mi única esperanza. ¡Pongo mi mirada en ti para sacarme de esto!".

El Señor desea esta clase de fe de nuestra parte en los asuntos cotidianos. Usted puede objetar: "Pero, Hermano David, aun estoy sin empleo, aun tengo problemas".

Le exhorto a creerle a Dios cuando dice: "¡Confía en mí, y te bendeciré!" Usted puede responder: "¡Pero no sé que voy a hacer, mi situación es desesperada y no veo ninguna señal de ayuda o de liberación!" A todas estas cosas Dios aun dice:"¡Confía en mí, hijo mío, y te bendeciré!"

No importa si su trato es con su familia, negocio, o provisión. Si usted pone su confianza total en Su Palabra y Su fidelidad, Dios ha prometido bendecirle y, ¡Él no puede mentir! Cuando venga el calor, ni siquiera se molestará. Cuando el viento venga, usted estará parado fuerte, porque habrá aprendido a confiar en Él. Usted va a ser un árbol verde que lleva abundante fruto de confianza y todos a su alrededor le darán esperanza y ánimo al contemplar su reposo en confianza.

“Gracia y Paz”
(David Wilkerson)

¿DESEAS TÚ EL FAVOR DE DIOS?



 2 Crónicas 16:7-9
“En aquel tiempo vino el vidente Hanani a Asa rey de Judá, y le dijo: Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no te apoyaste en Jehová tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria ha escapado de tus manos. Los etíopes y los libios, ¿no eran un ejército numerosísimo, con carros y mucha gente de a caballo? Con todo, porque te apoyaste en Jehová, él los entregó en tus manos. Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él. Locamente has hecho en esto; porque de aquí en adelante habrá más guerra contra ti.”

Muchos piensan que el favor de Dios es algo automático para todos sus hijos, sin embargo la Biblia nos enseña que ese favor se manifiesta solamente en aquellos que de todo corazón buscan el rostro del Señor y son obedientes a sus mandamientos. Cuando el rey Asa comenzó su reinado, asumió una actitud que agradó a Dios. Dice 2 Crónicas 14:2-4: “E hizo Asa lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová su Dios. Porque quitó los altares del culto extraño, y los lugares altos; quebró las imágenes, y destruyó los símbolos de Asera; y mandó a Judá que buscase a Jehová el Dios de sus padres, y pusiese por obra la ley y sus mandamientos”. En aquellos días vino contra Asa y su pueblo un ejército etíope de un millón de hombres y trescientos carros (2 Crónicas 14:9). A pesar de la situación desventajosa en la que se encontraba, el rey salió a enfrentarse a sus enemigos clamando a Dios con estas palabras: “Ayúdanos, oh Jehová Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre venimos contra este ejército. Oh Jehová, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre”. (v.11). Ante este sincero clamor salido del corazón del rey Asa, y su demostración de verdadera fe, el favor de Dios no tardó en manifestarse. Dice el próximo versículo: “Y Jehová deshizo a los etíopes delante de Asa y delante de Judá; y huyeron los etíopes”.

El pasaje de hoy nos muestra una actitud totalmente diferente de parte del rey Asa. Habiéndose presentado una situación de guerra similar a la anterior, esta vez optó por buscar alianza con el rey de Siria, en lugar de clamar, como lo hiciera anteriormente a Jehová de los ejércitos, el Dios todopoderoso quien lo había librado de un ejército tan numeroso y bien armado. ¿Por qué cambió Asa su actitud? Sólo Dios lo sabe. Pero no debe extrañarnos, pues muchas veces, de manera inexplicable, nosotros también nos olvidamos de las bendiciones que hemos recibido de Dios cuando hemos clamado a él, y decidimos actuar basados en nuestra propia “sabiduría”. Lamentablemente esta decisión siempre trae malas consecuencias. El vidente Hanani le recuerda al rey Asa que cuando él se apoyó en Dios la vez anterior, a pesar de que el ejército enemigo era “numerosísimo, con carros y mucha gente de a caballo”, el Señor lo premió con la victoria. Sin embargo, en esta ocasión el favor de Dios no estuvo con el rey Asa porque su mente y su corazón estaban enfocados en otra dirección.

Dios es bueno, su amor excede todo conocimiento, su misericordia es infinita, pero tenemos que entender que el favor de Dios, ese regalo especial, está reservado para aquellos que le buscan y obedecen sus mandamientos. El Salmo 5:12 dice: “Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; como con un escudo lo rodearás de tu favor”. Justo es aquel que vive según la ley de Dios, cuyas acciones están de acuerdo al corazón del Señor. Y Proverbios 12:2 declara que “el bueno alcanzará favor de Jehová; mas él condenará al hombre de malos pensamientos”.

Reflexiona sobre esto por unos minutos. Medita sobre tus acciones y tus actitudes en tu vida diaria. Pide perdón a Dios por aquellas ocasiones en las que tus pensamientos y tus actos no mostraron un “corazón perfecto para con él”. Y hazte el firme propósito de mejorar tu vida espiritual, siendo más obediente y tratando de agradar a tu Padre celestial.

ORACIÓN:
Padre santo, yo anhelo disfrutar de tus bendiciones y tu favor. Por favor, ayúdame a obedecer tu Palabra en todas mis acciones y a actuar de manera que mi testimonio sea agradable a ti siempre. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla.

CÓMO CONVERTIRSE EN UN PADRE EXITOSO


Efesios 6:1-4
“Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”.

Ningún padre es perfecto. Pero con la guía del Espíritu Santo, la Biblia y mentores consagrados, un hombre puede convertirse en un padre exitoso si decide guiar a sus hijos en las siguientes áreas:

Espiritualidad. Ayude a sus hijos a poner su fe en Jesucristo lo más pronto posible, y crecerán sabiendo que Él debe estar en el centro de todo lo que hacen.

Moralidad. En los hogares donde se practica la honestidad, la pureza y la fidelidad, los hijos aprenden a valorar la integridad y a escuchar su conciencia.

Relaciones. Enseñar acerca del amor, respeto y estímulo mutuo, es una buena preparación para las amistades y el matrimonio.

Vocación. Sea un ejemplo de cooperación y de un trabajo hecho "de todo corazón, como para el Señor y no para los hombres" (Col 3.23), y sus hijos adquirirán una sana ética del trabajo.

Finanzas. Enseñe a sus hijos a manejar el dinero: ganarlo con honestidad, dar generosamente, ahorrar inteligentemente y disfrutarlo con alegría (1 Ti 6.17).

Autoridad. A menos que los niños aprendan a actuar correctamente bajo la autoridad--de sus padres, la escuela, la iglesia y el gobierno--pueden volverse fácilmente unos rebeldes. Los niños notan cuando hay una desconexión entre la conducta y las palabras, y por eso es esencial darles un buen ejemplo.

La manera de edificar principios en la vida de un niño, es por medio del precepto (la enseñanza) y la práctica (el ejemplo). Los niños observan si nuestras acciones se compaginan con nuestras palabras. Por eso, cada día es una oportunidad para enseñarles lecciones sobre la vida.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

NO HAY PÁNICO EN EL CIELO


Isaías 41:13
“Porque Yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, Yo te ayudo”.

En una ocasión el pastor Rogers tuvo la oportunidad de estar con Corrie Ten Boom, una creyente sobreviviente de los campos de concentración Nazi. Él se sumergió en sus palabras. Guardó silencio y escuchó atentamente. Una de sus frases tocó su corazón: “No hay pánico en el cielo, sino sólo planes.”

Así opera Dios: sin pánico. ¿Sabía usted que la Santa Trinidad nunca se reúne en sesión de emergencia? Dios nunca ha cedido su trono. Jesús no se ha apartado de su diestra. Y el Espíritu Santo no ha dejado de interceder por usted: su hijo o hija. Rehúse escuchar las mentiras de temor, desánimo y desesperación de Satanás. Usted es victorioso. ¡Y Dios está en control!

Repita este pensamiento durante el día de hoy: “Dios está en control de mi vida. Él no me dejará. Su diestra me sostendrá a lo largo de mis días.”

“Gracia y Paz”
El Amor que Vale

VIDA LIBRE DE IMPACIENCIA


Salmo 37:8
“Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo”

¿Te molesta ver cuánta atención presta la sociedad actual a personas que defienden todo lo malo? Quizá se trate de estrellas del espectáculo que ocupan la primera plana mientras fomentan filosofías inmorales con su música, películas o programas. O pueden ser líderes que abiertamente menosprecian los patrones de vida recta.

Sería fácil impacientarnos ante esto y estrujarnos las manos desesperados, pero el Salmo 37 sugiere un camino mejor. Escucha el sabio consejo de David: «No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad» (v. 1).

Aunque está bien ser «sal» y «luz» (Mateo 5:13-14) en este mundo insulso y oscuro, para intentar contrarrestar el pecado al reflejar la luz de Jesús donde sea posible, no podemos permitir que fuerzas negativas nos hagan vivir enojados y airados (Salmo 37:8). En cambio, debemos descansar en Dios y dejar que Él tenga la última palabra respecto a los malignos: «… como la hierba verde se secarán» (v. 2). Además, deberíamos adoptar el enfoque de David: (1) «Confía en Jehová, y haz el bien»; (2) «te apacentarás de la verdad»; (3) «deléitate asimismo en Jehová»; (4) «encomienda a Jehová tu camino»; y (5) «guarda silencio ante Jehová, y espera en él» (vv. 3-7).

Tal vez no nos guste lo que vemos y oímos de algunos aspectos de la sociedad, pero recuerda esto: Dios tiene el control. Confía en que Él hará lo correcto y no te impacientes.

No desesperes ante la maldad; Dios tiene la última palabra.

>> Lectura: Salmo 37:1-11<<


“Gracia y Paz”
Reflexiones Cristianas

DON INEFABLE


2 Corintios 9:15
“Gracias á Dios por su don inefable”.

En este capítulo 9 de 2a Corintios, Pablo les escribe a los Corintios de una ofrenda para ayudar a unos Cristianos muy necesitados en Jerusalén. Les dice que Dios ama al dador alegre, y usa una ilustración agraria diciendo que “El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará”. Luego termina la discusión con estas palabras hermosas: “¡ Gracias a Dios por su don inefable!” ¿Y que será este don inefable? Pablo ni tenía que especificar. Se refería al don de su Hijo que Dios mandó a este mundo para morir en la cruz cruel de Calvario como paga por nuestros pecados. ¿Y cómo podremos describir la magnitud y la gloria de este don? Las palabras no bastan. La elocuencia no puede. El don es “inefable”. El apóstol Pedro dijo que los que son salvos por Cristo, “se alegran con gozo inefable y glorioso.” Te damos gracias Padre, por el don inefable: Tu hijo Jesucristo. Amén.

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día